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Provence-Alpes-Côte d'Azur (II): Acueducto de Barbegal

lunes, 12 de noviembre de 2018


Cuando pensamos en historia normalmente nos centramos más en las batallas y en las grandes ciudades y dejamos la ingeniería y la tecnología de la época en un segundo plano. Hoy voy a hablaros de una de estas notas a pie de página de la historia que en realidad son tanto o más importantes que la mayor parte de las batallas.

En la Provenza, cerca de Arlès y Avignon, en el departamento de Bocas del Ródano (Bouches du Rhône), existe un complejo bastante interesante con el que di de pura casualidad. No estaba en mi ruta. No estaba en nada de lo que hubiese leído, pero al ver el cartel de "acueducto romano" decidí que merecía la pena acercarse.

 

Y vaya si lo merecía. Dentro de lo construído por el Imperio Romano, la parte final del Acueducto de Barbegal es uno de los lugares más interesantes de cuantos han llegado hasta nuestros días.

En aquellos días la Provenza era uno de los graneros de Roma. Fue una de las primeras regiones conquistadas por los romanos fuera de la península itálica, y por tanto una de las más intensamente romanizadas. Los numerosos restos que hay por estos departamentos de Languedoc, Provenza y Costa Azul dan fe de esto.

 

Barbegal te sorprende ya desde la carretera, que pasa por debajo de sus arcos. Un par de senderos recorren el acueducto hasta su final y, sorprendentemente, ninguna valla lo protege y ninguna indicación te cuenta su historia (o al menos no la vi). Increíblemente, tan sólo tiene una categoría parcial como monumento, lo que es incomprensible dado el interés y la importancia de estos restos.


Barbegal es de un acueducto doble que llevaba agua a lo largo de unos 11 kilómetros hasta un complejo de molinos harineros donde se procesaba el grano producido en la región. Por la cantidad de molinos debió ser impresionante. Hay quien dice que se trató de una de las mayores industrias del Imperio, que enfilaba ya sus últimos años, y el agua que traía el acueducto abastecía también a lo que hoy es Arlès.

 

El agua procedería de la vertiente sur de las montañas conocidas como las Alpilles, un macizo de escasa altitud de roca calcárea. Barbegal sería una desviación de otro acueducto conocido como Acueducto de Caparon. Por lo que parece numerosos canales y acueductos recogían el agua del macizo para distribuirlo por la región

Según parece esta industria constaba de dos filas de ocho molinos, con un salto de agua de unos 18 metros y con la capacidad de producir 4,5 toneladas diarias de harina. No se sabe quién fue el constructor pero se supone que un miembro del cuerpo de carpinteros de Arlès pudo ser el responsable, Q. Candido Benigno. La sospecha viene de una inscripción encontrada en su sarcófago pero... ¿quién sabe?

 

Como tantas otras veces hay que descubrirse ante unos ingenieros capaces de llevar a cabo obras de esta envergadura sin las herramientas de las que se disponen hoy en día y que no fueron superadas durante muchos siglos.

El Mapa
Ruta combinada
Ruta combinada

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Languedoc-Roussillon (II): Aigues Mortes

domingo, 15 de abril de 2018

Uno de los accidentes geográficos que más llama la atención de la costa francesa es la región de la Camarga, Camargue en francés.

La Camarga, situada cerca de la Costa Azul y entre las ciudades de Montpellier, Nîmes y Marsella tiene su origen en la desembocadura del Ródano y servía de frontera natural entre las antiguas regiones de Provence-Alpes-Côte d'Azur y Languedoc-Roussillon. Actualmente toda ella está encuadrada en la nueva región de Occitania.

Aigues Mortes (Languedoc-Roussillon)

La Camargue consiste en una serie de humedales, playas, lagunas litorales, marismas, salinas, ciénagas y terrenos desecados para destinarlos a vivienda, puertos o usos agrícolas, ganaderos o turísticos. También nace por aquí el Canal du Midi, que es una de las principales vías de comercio fluvial de Francia hasta la aparición del ferrocarril y que fue iniciado durante el reinado de Luis XIV, aunque hubo intenciones de construir algo parecido desde tiempos de Nerón u Octavio Augusto

 
Y la localidad más importante de esta región es Aigues Mortes, una población amurallada construida allí por los reyes de Francia para colonizar la región. Aigues Mortes fue construida dentro de una muralla casi cuadrada con una planta ortogonal. Incluso sin conocer la historia del lugar uno se da cuenta de que fue una ciudad planificada.

 
Su nombre proviene del hecho de estar rodeada de marismas y lagunas litorales y no ser realmente una ciudad situada al borde del mar, a pesar de estar unida a él por una serie de canales que alcanzan el Mediterráneo a través de las lagunas.

El origen de Aigues Mortes y de sus murallas hay que buscarlo en la Edad Media, cuando San Luís buscaba una salida natural al Mediterráneo para su reino. A un lado y al otro de la Camargue los reyes de Aragón (Montpellier), Nápoles (Marsella) y los condes de Toulouse (Agde) le cerraban el paso. Así que consiguió que el monasterio a quien pertenecía la región le cediese su propiedad a cambio de otros terrenos. Tras construir el puerto y las primeras fortificaciones Aigues-Mortes fue el punto de partida del embarque de caballeros franceses cara a las Cruzadas.


Aigues Mortes (Languedoc-Roussillon)

Cuando la Provenza y Marsella pasan a manos francesas Aigues Mortes pierde su importancia y sólo la explotación de la sal hace que los reyes sigan teniendo interés en mantener abiertos los canales. Esta decadencia va a continuar hasta la apertura del canal del Ródano a Sète, que convierte a Aigues Mortes en puerto fluvial y marítimo a la vez.

Hoy en día es una zona muy turística. Multitud de visitantes vienen a realizar el recorrido sobre las murallas, con vistas a la ciudad, al canal y a las salinas que aún hoy se siguen explotando. Dentro de las torres hay exposiciones sobre la villa y su historia. A pie de calle decenas de negocios viven de los turistas, siendo mayoría restaurantes y tiendas de souvenirs.

 
Alejándose de la puerta es posible caminar con más tranquilidad y apreciar la arquitectura de las casas que hoy ocupan el recinto amurallado. La vista desde lo alto de las murallas sobre los tejados es una de las estampas más típicas de la ciudad. Y otra de las vistas típicas es el gigantesco montón de sal que la industria salinera tiene al sur de Aigues Mortes

Canal Rhône-Sète (Aigues Mortes, Francia)

En la parte exterior de las murallas podemos encontrar casas más modernas y un paseo al lado del canal Ródano-Sète (Rhône-Sète) que pasa al lado mismo de las murallas. Estos canales ya apenas se utilizan para mover mercancías, siendo sobre todo un recurso turístico, así que hay diversas opciones para recorrerlo gracias a las múltiples empresas que se encargan de explotarlo.

Para aparcar es mejor intentarlo hacia el pueblo y el canal, porque la parte de la ciudad que da a las marismas está rodeado de aparcamientos de pago nada baratos.

Tour Carbonnière (Languedoc Roussillon)

En las afueras de Aigues Mortes hay otros puntos de interés como la Tour Carbonnière, antiguo puesto de peaje en la única ruta que comunicaba la ciudad con el resto del Reino. Es una torre cuadrada que llama la atención por su situación, en medio de las marismas.

Le Grau du Roi (Languedoc-Roussillon, Francia)

Y más cerca del mar se pueden encontrar pueblos de vacaciones como Le Grau du Roi, que para mi es una aberración en toda regla. Se trata de un trozo de litoral donde se han construido una serie de horrorosas urbanizaciones de vacaciones, con playa artificial y varias marinas y amarraderos para embarcaciones de recreo.

En este tramo de costa mediterránea francesa son relativamente comunes esta clase de destrozos, siendo el más conocido en España Cap D'Agde, ese pueblo "nudista" (entre comillas, sí) que sale de vez en cuando en los informativos para mostrar a la gente practicando sexo en la playa en pleno día y que queda a unos 80 kms de aquí, pasando Montpellier y Sète.

Caballo en la Camarga (Languedoc Roussillon, Francia)

Pero entre estos puntos de interés hay uno más interesante: la propia Camargue. Aquellos que viven en esta región han sabido adaptarse a ella y explotarla para ganarse la vida. La Camargue es una región donde hay pocas poblaciones pero muchas granjas: melones, sandías y otros productos agrícolas locales son ofrecidos en puestos a los lados de la carretera. Y es fácil ver aquií y allí rebaños de vacunos de la raza local, el toro de la Camargue, o de caballos, pastando en los prados que se fueron generando en las zonas desecadas.


 Los toros de Camargue son parte de la afición local por los festejos taurinos. Diría que aquí hay muchos más eventos de este tipo que en la mayor parte de las zonas de Andalucía y Castilla que he visitado. Me llamaba la atención ver carteles por todas partes publicitando lo que ellos llaman el "toro piscine", que según tengo entendido se trata de intentar meter a una vaquilla en una piscina situada en el centro del ruedo. También hay corridas al estilo de las que se celebran en muchas partes de España y en otros países, utilizando la raza autóctona camarguesa.

La carne de estos animales es muy apreciada y de gran calidad ya que se crían en libertad. Hay una DO que regula su cría y comercialización.

El Mapa

Ruta combinada
Ruta combinada

Otros lugares cercanos (relativamente)

Cadaqués (Girona, Cataluña)

domingo, 14 de agosto de 2016

Cadaqués (Girona, España)
Cadaqués


Cadaqués (Girona, España)
Badía de Cadaqués


Cadaqués (Girona, España)
Badía de Cadaqués


Cadaqués (Girona, España)
Badía de Cadaqués


Port Lligat, Cadaqués (Girona, España)
Port Lligat


Faro de Cap de Creus (Cadaqués, Girona)
Faro de Cap de Creus


Este es uno de esos pueblos que publico en este blog con un poco de reticencia. A estas alturas no creo que haya mucha gente que necesite descubrir Cadaqués, ya que su vinculación con Dalí y su fama debido a este y a otros ilustres visitantes, lo convierten en un pueblo bastante conocido, además de que para muchos es una de las imágenes más emblemáticas de la Costa Brava.

Y si os digo la verdad, a mi ni fú ni fa.

Y viendo las fotos que acompañan este artículo tal vez estéis pensando algo así como "¿pero qué dice este tío?".

Por partes. Si nos vamos al extremo opuesto de la pequeña bahía de Cadaqués y vemos el pueblo, con sus casas blancas, reptando por el terreno ondulado en el que se asienta, con esa agua turquesa justo delande y creemos que estamos viendo alguna estampa del paraíso.

El problema es cuando paseas entre esas mismas casas y ves que en realidad es bastante soso todo, iglesia incluída. Reconozco que yo parto con dos hándicaps importantes: que soy gallego y tenemos cascos antiguos monumentales y que el día anterior había visitado Pals, Peratallada y Monells, que juegan dos divisiones por encima de Cadaqués.

El nombre de Cadaqués (Cap d'Aquès) significa "Cabo de Rocas". Y la verdad es que el nombre es bastante apropiado ya que toda la zona de Cap Creus es bastante rocosa. Rocosa y pelada, ya que los vientos que soplan constantemente dificultan la creación de bosques, un fenómeno que he visto en otras zonas costeras y ventosas como Cabo Peñas en Asturias o Camariñas en Galicia. Esa roca y ese viento son los que hacen que esta parte se la más brava de la Costa Brava.

Estando tan aislada Cadaqués (lo que supone que su dialecto del catalán sea un tanto peculiar), algunas familias ricas de Cataluña se fijaron en ella para pasar sus vacaciones, buscando una tranquilidad que en otras zonas más pobladas no iban a tener. Más adelante, algunos artistas llegaron a la villa y la convirtieron en un lugar de gran importancia en el mundo de la cultura: Dalí, Lorca, Picasso, Miró, Duchamp y otros pasaron por el pueblo o fijaron su residencia, permanente o estacional, en Cadaqués o sus alrededores, como Port Lligat y su preciosa ensenada.

Si visitáis en Cadaqués os puede interesar visitar la Casa Museo de Dalí, en Port Lligat, o dar un paseo por el casco antiguo. Dentro de la iglesia hay un retablo barroco de gran valor y unas vistas de la bahía que son de lo mejor que puede ofrecer la población.

Una cosa más. A diferencia de muchos otros pueblos se puede bajar con el coche y hasta os puede interesar explorar un poco en busca de aparcamiento, porque el de pago que hay a la entrada es una auténtica sablada. Creo que si váis por las calles que comunican Cadaqués con Port Lligat podéis encontrar algo de aparcamiento. Podéis explorar un poco con Google Street View si queréis para buscar algún sitio donde podáis dejar el coche sin sobresaltos.

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Costa de Palafrugell: Llafranc y Tamariu (Girona, Cataluña)

lunes, 25 de abril de 2016

Llafranc, Palafrugell (Girona)
Llafranc, Palafrugell


Llafranc, Palafrugell (Girona)
Llafranc desde el Far de S. Sebastià


Tamariu (Palafrugell, Girona)
Tamariu, Palafrugell


Tamariu (Palafrugell, Girona)
Tamariu, Palafrugell


Tramadiu (Palafrugell, Girona)
Tramadiu, Begur


Uno de los trozos de costa más conocidos y promocionados de España es la Costa Brava, ese tramo de litoral que va desde Blanes a la frontera con Francia y dodne hay un poco de todo, desde auténticos desastres como Lloret de Mar (es difícil calificar de otra cosa a un pueblo donde se han cometido tantos despropósitos en tan poco espacio) hasta tramos absolutamente vírgenes como las costas de Cap Creus, donde la naturaleza ha mantenido alejados a quienes ven pecado dejar un metro sin cemento.

Y dentro de los lugares donde la gente ha conseguido aprovechar el entorno con gusto podemos encontrar Palafrugell, cuya costa me ha parecido una pequeña joya, con lugares de difícil acceso y que no son demasiado conocidos por la gente que pasa por aqui de forma casual. Dicho de otra forma, si vas a Palafrugell mejor documéntate antes o pasarás de largo sin ver algunas de sus maravillas.


Aunque hay mucho más para ver (os recomiendo hacer alguna de las rutas de senderismo que recorren la costa), voy a centrarme en un par de lugares del municipio.

El primero sería Llafranc, un pequeño pueblo de pescadores que ha sabido subierse al tren del turismo sin dejar de ser lo que siempre ha sido, sin perder su esencia. Llafranc destaca por sus casitas integradas en el entorno, entre los pinos, escalando por las paredes rocosas que descienden hasta la playa donde puedes ver las barcas de pescadores varadas en la arena, algo que se ha perdido en demasiados sitios, donde estos oficios tradicionales y que daban sentido a las poblaciones se han arrinconado, como si molestasen. Es famoso el festival de habaneras de Llafranc, que se celebra en agosto

Desde Llafranc podemos subir hasta el faro de San Sebastià. Ya el camino merece la pena con sus vistas, pero las que hay desde arriba son espectaculares. De nuevo recomendaros que investiguéis un poco: yo estuve en el faro y no sabía nada ni de la torre de vigilancia ni del poblado íbero que hay allí. Me lo perdí. Me enteré mucho tiempo después. Como podéis ver en la foto las vistas son un auténtico lujo, con la comarca del Baix Empordà luciendo en todo su esplendor.

Un poco más adelante, siguiendo la costa hacia el norte, está Tamariu. Es un pueblo de pescadores más humilde que el de Llafranc y cuya pequeña playa también está ocupada parcialmente por las barcas. Tan humilde es que a principos del siglo XX nadie vivía aquí y sólo había casetas para guardar los aparejos de pesca.

Hoy en día la principal industria de Tamariu es el turismo y su punto fuerte son las actividades náuticas. Deportes como el paddle surf, el submarinismo o la vela son ofertados por el club náutico local. Una de las rutas de senderismo de las que hablaba antes y que os recomendaba une a Tamariu con Llafranc. Es un buen paseo, pero hay acceso a playas que de otra forma no serían accesibles, así que merece la pena.

A donde no se puede llegar ni caminando, o al menos no tengo noticia de ello, es a la de Tramadiu, ya en el vecino municipio de Begur. No tengo mucha información sobre esta cala y la poca que pude encontrar está en catalán (y aunque usualmente entiendo el idioma me temo que no he tenido mucha suerte con los pocos artículos que he encontrado

Otro sitio que no he visto, e investigando para escribir este post parece que me he perdido algo interesante, es Calella de Palafrugell, un poco antes de Llafranc. El hecho de que la carretera desde Cala Castell en Palamós no siga bordeando la costa (cosas del terreno) me hizo saltármela. Al parecer es otro antiguo pueblo de pescadores que también ha sabido adaptarse al turismo y al menos en las fotos que he visto y un pequeño paseo por Google Street View su aspecto desde el mar y la playa es fantástico

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Serra de Tramuntana (V): Sa Calobra y su entorno

martes, 6 de enero de 2015

El Puig Major (Mallorca, Baleares)
Puig Major


Embalse de Cúber (Escorca, Mallorca)
Embalse de Cúber


Gorg Blau (Escorca, Mallorca)
Gorg Blau


El nudo de la corbata (Escorca, Mallorca)
El nudo de la corbata


Cala Tuent (Escorca, Mallorca)
Cala Tuent


Cala Tuent (Escorca, Mallorca)
Cala Tuent


Sa Calobra (Escorca, Mallorca)
Sa Calobra


Sa Calobra (Escorca, Mallorca)
Sa Calobra


Túnel de Sa Calobra (Escorca, Mallorca)
Entrada al túnel


Túnel de Sa Calobra (Escorca, Mallorca)
Túnel de Sa Calobra


Ventanas en un túnel (Sa Calobra, Mallorca)
Vista desde el túnel


Torrent de Pareis (Escorca, Mallorca)
Torrent de Pareis


Muere el torrent (Escorca, Mallorca)
Desembocadura del Torrent de Pareis


Los muchos tesoros que oculta la Serra de Tramuntana entre sus curvas, valles, torrents y cumbres darían para escribir un blog temático y no me sorprendería nada que lo hubiese.

Parece mentira, pero ya vamos por el quinto artículo que dedico en Lugares a Descubrir a esta comarca, más los varios que he añadido (y seguiré añadiendo) en Viajes por Iberia.

Desde mi punto de vista no es buena idea hablar de Sa Calobra sin referirnos a su entorno, en el municipio de Escorca, uno de los municipios más montañosos y menos poblados de la isla, pero al mismo tiempo recibe a muchos visitantes al año y es de una importancia capital para la isla.

En Escorca está el Puig Mayor, la cumbre más alta de la isla y visible, en un día bueno, desde el Tibidabo de Barcelona, ya en la península. Este pico fue más alto en el pasado, pero las obras de la base militar, gestionada y ocupada por los ejércitos español y estadounidense, le limaron unos 30 metros de altura.

En Escorca están también los embalses de Cúber y el Gorg Blau, las dos principales fuentes de abastecimiento de agua dulce para Palma de Mallorca y su área metropolitana. Aunque hoy en día son dos lugares muy agradables a la vista el Gorg Blau fue en tiempos un lugar muy apreciado por su belleza, sobre todo en la zona del viejo puente de la carretera de Sóller a Pollença. Hoy en día todo ello ha sido desplazado por el embalse y sólo existe en viejos grabados y fotografías.

Pero desde el Gorg Blau sigue saliendo su desagüe natural, el Torrent de Pareis, cuya desembocadura en Sa Calobra le da buena parte de su fama y de su atractivo.

Si venimos desde Sóller y vamos hacia Pollença el desvío hacia Sa Calobra está unos kilómetros después del Gorg Blau, en una carretera que primero es bastante recta (sobre todo para lo que es esta zona), pero que enseguida se vuelve en una endemoniada sucesión de curvas cuya peligrosidad se acrecienta por el tráfico.

Para conducir por aquí  hay que tener en cuenta varias cosas: la mayor parte de los visitantes no conoce la carretera y muchos de ellos no han visto curvas en su vida. Y se nota: tienden a invadir el carril contrario en curvas sin visibilidad, con lo que usar la bocina es importante.

Además hay muchos ciclistas en la calzada bajando a gran velocidad o subiendo a velocidad de montaña, y muchísimos autobuses cargados de turistas que bajan rápido y que tampoco tienen mucho margen de maniobra en las curvas.

Por todo ello: precaución. Y alquilad un buen coche. Un clase 1 o 2 de unos años de antigüedad por aquí es desesperante y consume como si tuviese un agujero en el depósito. Nunca entenderé cómo un coche de alquiler puede llegar, tras cinco o seis años, a estar en un estado tan lamentable.

Una cosa más sobre las curvas: en esta carretera está una de las curvas más icónicas de las carreteras españolas: la curva del Nudo de la Corbata, donde la carretera se retuerce para pasar por debajo de si misma y que, por ello mismo, ha sido utilizada varias veces para grabar anuncios.

Casi cuando hemos llegado abajo hay un pequeño desvío hacia Cala Tuent, una cala mucho más grande y abierta que Sa Calobra y que, para mi, no tiene nada que envidiarle. Tiene un pequeño embarcadero, algún restaurante y mucho más espacio para darse un baño. Me pregunto cuanta gente baja hasta Sa Calobra con idea de darse un baño y se vuelve, habiendo desistido, y teniendo esto al lado.

Finalmente, al terminar la carretera principal, se llega a Sa Calobra. Las partes más cercanas a la Cala tienen el aparcamiento restringido o prohibido y hay que aparcar un poco más lejos. De todas formas, si alguien tiene problemas de movilidad se le puede bajar en coche y luego aparcarlo.

En tiempos esta zona era bastante aislada y bucólica y hoy, aunque sigue sin estar exageradamente urbanizado, sí que cuenta con un buen número de restaurantes y algún hotel en la explanada de acceso al túnel y en la zona del aparcamiento. En lo que es la playa aún quedan algunas de las viejas cabañas de pescadores, aunque en parte reconvertidas en establecimientos hosteleros.

Si avanzamos por la explanada hacia el túnel tendremos buenas vistas del mar, donde estarán los inevitables yates de turistas adinerados fondeados y disfrutando de una vista que la mayor parte de nosotros posiblemente nunca tendremos.

Y después está el túnel. Está excavado en el escudo rocoso que separa Sa Calobra de la desembocadura del Torrent de Pareis, y ha sido acondicionado e iluminado para hacerlo más bonito. Se nota que ha sido excavado aprovechando la existencia de algunas grietas y ampliado para permitir el paso cómodo para todo tipo de públicos. En un día de calor se agradece este paseo tan fresquito.

La desembocadura del Torrent de Pareis es una especie de anfiteatro natural, coronado por altas paredes con cuevas y que termina con una angosta salida al mar entre dos enormes rocas. Esta forma tan peculiar le da una acústica natural muy apreciada y que se aprovecha para organizar conciertos de diversos tipos de música... siempre que el tiempo lo permita.

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Serra de Tramuntana (IV): Valldemossa

domingo, 7 de diciembre de 2014

La Cartuja de Valldemossa (Mallorca, España)
Cartuja de Valldemossa


Sant Bartomeu de Valldemossa (Mallorca)
La Cartuja


Cruce de Caminos (Valldemossa, Mallorca)
Cruce de Caminos


Palau del Rei Sanxo (Valldemossa, Mallorca)
Palau del Rei Sanxo


Valldemossa (Mallorca, España)
Ciudad Vieja


Más plantas (Valldemossa, Mallorca)
Ciudad Vieja


Calles de Valldemossa (Mallorca, España)
Cerca de la Cartuja


La Serra de Tramuntana es Patrimonio de la Humanidad por sus valores paisajísticos, pero también por su huella humana. Lugares como Valldemossa, con su hermosa arquitectura, contribuyen notablemente a que haya conseguido esta distinción.

Tal vez no tan conocida como Sóller o Deià, y desde luego menos que Formentor, Valldemossa se ubica en un entorno privilegiado y con un clima tan benigno que alguno de los reyes de Mallorca la tuvieron como una de sus residencias preferidas, sobre todo durante los meses más calurosos.

De estas estancias reales quedan algunos edificios y todo lo que es y fue el recinto de la Cartuja de Valldemossa un enorme edificio, incompleto, que se encuentra en la parte alta de la villa, rodeada de jardines.

La Cartuja original se construyó por deseo de Jaime II, que la construyó para su hijo Sancho. Más tarde uno de sus sucesores, Martín el Humano, entregó todas las posesiones de la corona en Valldemossa a los monjes cartujos, cuyo nombre ha pasado al edificio, menos la parte conocida como Palau del Rei Sanxo.

Hoy en día la Cartuja es un museo y sirve de dinamizador para las numerosas actividades culturales del municipio.

Pero la historia de Valldemossa empieza mucho antes, durante la ocupación musulmana de la isla, aunque se supone habitada desde antes. El topónimo Valldemossa sería la evolución a lo largo del tiempo del primitivo nombre de "Valle de Muza", quien habría sido el señor de estas tierras.

Aunque normalmente se habla de Valldemossa por las grandes figuras del pasado que vivieron temporalmente aquí, si hay alguien a quien los lugareños dan importancia es a Santa Catalina Tomás, la única santa mallorquina y que nació y se crió en estas tierras, aunque finalmente falleciese y fuese sepultada en Palma de Mallorca, donde aún permanece su tumba.

Paseando por las calles de Valldemossa es fácil ver que en las calles de la parte vieja de la villa se encuentre una plaquita en la puerta de su casa para solicitar su protección.

Me gustó mucho el paseo y el contraste entre la parte más cercana a la Cartuja, mucho más amplia, abierta y recta, y la parte más antigua y popular, con esas callejuelas que se adaptan al terreno y se entrecruzan en un aparente caos que no lo es tanto para los lugareños.

Esta arquitectura es lo que hace que la villa tenga la fama y el turismo que tiene. Hacer buena arquitectura y mantenerla ha sido el secreto del éxito de la ciudad y es el mayor atractivo y reclamo, junto con el espectacular paisaje que la rodea.

Al igual que Deià,Valldemossa siempre ha tenido una relación muy especial con el arte y fue lugar de refugio, residencia o destierro para artistas tan reconocidos como Chopin, que compuso aquí sus "Preludios op. 68" y su entonces pareja George Sand, que escribió mientras tanto "Un invierno en Mallorca".  La razón de su estancia era buscar un clima más benigno para la enfermedad de Chopin, que allí sería diagnosticado de tuberculosis.

Otros ilustres residentes temporales fueron Miguel de Unamuno, Azorín, Rubén Darío y Jovellanos.

Aún hoy numerosos pintores viven, trabajan y tratan de vender sus obras en pequeños talleres por toda la ciudad, sobre todo en los alrededores de la Cartuja.

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Cala S'Almonía y Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)

sábado, 15 de noviembre de 2014

Una barca en Cala S'Almonía (Santanyí, Mallorca)
Cala S'Almonia


Cala S'Almonía (Santanyí, Mallorca)
Cala S'Almonia


Vuelo sin motor en Santanyí
Cala S'Almonia


Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Caló des Moro


Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Caló des Moro


Salida del Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Salida del Caló des Moro


Uno de los puntos fuertes de Mallorca son sus muchísimas calas. Nada que ver con la archifamosa playa de S'Arenal o de Magaluf donde tantos turistas se apiñan sin conocer nada más de la isla. Pero precisamente por su abundancia a veces se hace difícil escoger cuáles visitar.

Afortunadamente tengo el privilegio de tener dos amigos, Maribel y Ernest, que conocen muy bien la isla y me guiaron estupendamente tanto en persona como en papel.

El día en que me alquilé un coche y me puse a explorar en solitario todo lo que ellos no pudieron enseñarme una de las cosas que me apuntaron para ver fue este pequeño rincón del municipio de Santanyí, que tiene una de las costas más bonitas de la isla, que ya es decir.

Cala S'Almonía y el Caló des Moro están en una finca privada cuyos dueños afirman, en la cartelería que hay en el lugar, haberla comprado para salvarla de la especulación urbanística que había planeado la construcción de un hotel en sus terrenos.

A cambio de permitir el paso de las personas lo único que exigen a los visitantes es mantener limpio el lugar y no fumar ya que, al parecer, un descuido provocó un incendio pocos años después de su adquisición.

El terreno está muy bien cuidado, con repoblación de diferentes especies vegetales autóctonas buscando que el lugar sea más y más verde. No tengo ni idea de como era al principio, pero la verdad es que ahora hay bastante vegetación.

Para visitar Cala S'Almonía puede bajarse por la finca o por unas escaleras bastante empinadas desde al lado de una casa y que cruzan un pinar. Personalmente prefiero las escaleras porque la vista al bajarlas es grandiosa y casi inesperada, mientras que al bajar por la finca tienes un descubrimiento mucho más gradual de los atractivos del lugar.

La cala tiene dos pequeños arenales, uno cerca de las escaleras y otro cerca de las pequeñas edificaciones de pescadores al lado de un acantilado. Ninguno de los dos estaba muy concurrido cuando fui yo, posiblemente debido a la competencia del Caló des Moro, que tiene mucha más fama (y arena).

Justo al lado del arenal de los pescadores hay algo que llama la atención, un agujero excavado por el mar en la roca a través del cual alguna gente se tiraba al agua. Tuve la suerte de poder hacer alguna foto (y que saliese bien).

El Caló des Moro es una de las playas más conocidas de Santanyí. Se trata de un largo brazo de mar que se cuela en tierra y remata en un pequeño arenal, muy bien protegido de los vientos y que sufre de aglomeración. No llegué a bajar, pero tampoco es que hubiese mucho sitio para poner las toallas. Visto que está orientado al este creo que lo indicado es ir bien temprano para elegir sitio.

Por el lado derecho hay un pequeño cabo por el cual transcurre un pequeño sendero desde el que hay muy buenas vistas de todo el Caló y también de la salida del mismo y de los barquitos que fondean por aquí.

Hablando de senderos, hay rutas de senderismo que comunican Cala S'Almonía y el Caló des Moro con Cala Marmols o la vecina Cala Llombards. Si vuelvo a visitar esta zona, que espero que sí, me encantaría hacer la de Cala Marmols, que es una cala que no he visitado.

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