Languedoc-Roussillon (VI): Pézenas

martes, 2 de abril de 2019


 Aunque este blog se dedica a mostrar lugares a descubrir, en esta serie de post sobre la zona sudeste de Francia hemos estado recorriendo algunos lugares que no encajan totalmente en esa filosofía. Arlès, Narbona y Carcasona, por ejemplo, difícilmente se pueden considerarse desconocidos.

Hoy vamos a ver uno de esos lugares que sí podrían entrar en esa categoría. De hecho, me atrevo a decir que el grueso de los españoles que pasan por el término municipal de Pézenas lo harán por la autopista A-75 (E11) y ni le dedicarán una segunda mirada al cartel que indica la salida para la localidad. Pero a lo mejor deberían.


Yo iba a ser uno de esos tantos españoles. Pero se da la casualidad de que trabajo para una empresa francesa y de que una de las personas con las que tenía que tratar a diario había pasado su infancia por esta zona. Me dio valiosos consejos acerca de qué ver o dónde ir, aunque algunos de ellos ya estaban en mi lista tras un primer vistazo a blogs y mapas de Languedoc-Roussillon y Provenza. Y dentro de esos consejos estaba "visita Pézenas".

Y con Pézenas descubrí una villa que en tiempos tuvo una enorme influencia en la política francesa y que ahora es apenas un punto más en el mapa. Una villa por la que pasaron reyes y fue patrocinado Molière. Una villa con historia.


El pueblo tiene una parte antigua en la que se adivina la planta de una antigua ciudad amurallada, coronada con un castillo. Viendo Pézenas en Google Maps por primera vez fue lo que pensé. Y estaba en lo cierto.

Las casas del antiguo Pézenas se apiñan a los pies de la colina del castillo, llegando a lo que un día fueron sus muros. Y dije "fueron" porque del castillo lo único que resta es una placa conmemorativa indicando que allí hubo en tiempos un castillo.

 

Calles muy estrechas y sombrías separan los edificios y dan la sensación de que todo el mundo debía vivir dentro del recinto amurallado, aprovechando hasta el último metro cuadrado disponible para construir. En estas calles tan apretadas es fácil encontrar talleres de artesanía y restaurantes pintorescos, incluso uno español (ni idea de cómo de "española" es su comida)


¿Qué pasó con el castillo? Pues que los Montmorency, señores de la villa y gobernadores de Languedoc, no tuvieron mejor idea que apoyar al hermano del rey en su rebelión. Perdieron, el duque Enrique II perdió la cabeza con ayuda de un verdugo y sus títulos pasaron a su hermana, princesa de Condé (por matrimonio). Y para evitar malas tentaciones el cardenal Richelieu decidió que ya no era necesario tener un castillo por allí y ordenó su demolición


Pero mucho antes de estos azares Pézenas ya tenía poder e influencia ya que era villa de realengo y al rey le interesaba su prosperidad. Tuvo entonces presencia real y se le permitió organizar ferias. Más adelante, durante la Guerra de los Cien Años, se quedaron en bando del futuro Carlos VII, lo que les evitó un saqueo y les supuso privilegios como la tenencia de un granero de sal. Su posición en la ruta entre Cataluña y Toscana implicaba un tráfico constante de bienes y personas por sus calles.

Y la riqueza atrae el poder político: Pézenas se convirtió en la sede de los Estados Generales del Languedoc, que rotaban entre las diferentes ciudades de la provincia. Más adelante llegarían los Montmorency, que la impulsaron aún más y sus sucesores, algunos de los cuales fueron grandes mecenas de las artes y donde Moliére encontró la protección de Armand, principe de Condé y gobernador del Languedoc


Con el tiempo Montpellier empezó a ganar en importancia y se convirtió en capital de la región. Pézenas siguió siendo próspera gracias a sus cinco ferias anuales y a la riqueza de sus comerciantes, pero su poder político jamás recuperó su antigua importancia

El Mapa
Ruta combinada

Otros lugares cercanos (relativamente)

0 comments

Publicar un comentario