Caracena (Soria, Castilla y León): Entre dos cañones y un castillo

sábado, 13 de abril de 2019

 
 

Un tema recurrente dentro de los conductores españoles es lo aburrido que resulta recorrer Castilla y León. Y es que recorrer esta comunidad por autopista es, en muchos casos, un soberano coñazo.

Pero Castilla y León tiene lugares maravillosos en cuanto empezamos a escarbar en la superficie. Paisajes extraordinarios, lagunas misteriosas, angostos desfiladeros y vistas magníficas. Castillos medievales y monasterios milenarios.

 

Y pueblos. Pueblos como Covarrubias o Lerma, con mucha historia, mucho que contar y mucho que ver. Y si nos salimos de estos pueblos más conocidos y más turísticos siguen quedando un montón de pequeñas poblaciones para ver. Un patrimonio histórico extraordinario, muchas veces abandonado, y otra veces en uso y buen estado y sin adulterar por "puestas en valor" hacia los turistas que no siempre son afortunadas. Castilla debe ser recorrida por carreteras nacionales o de menor categoría.


Uno de estos maravillosos pueblos desconocidos es Caracena, en Soria, cerca de El Burgo de Osma. Es uno de esos lugares tan perdidos, tan aislados y tan sumamente olvidados que la única forma de enterarse de que existen es investigando mucho o teniendo amigos como Xosema, un auténtico fan de Castilla y León y sobre todo de la parte oriental de la comunidad.



Caracena es uno de esos pueblos que agonizan con el envejecimiento y éxodo de la población rural. Lugares que es mejor visitar ahora por si más adelante es demasiado tarde. En el caso de Caracena, por ejemplo, 15 almas mantienen vivo al pueblo (2018), formando parte de esa región a la que se da en llamar la Laponia española debido a que su densidad poblacional es similar a la de aquella región escandinava.

Situado en la confluencia de dos cañones calizos de enorme belleza Caracena está compuesto por unas decenas de casas que serpentean en la ladera de un promontorio coronado por un castillo. Son casas humildes, de arquitectura castellana, con paredes de adobe y cubiertas por teja.


Entre estos edificios se encuentran dos iglesias, la de Santa María, del siglo XII, y la más modesta de San Pedro, también de ese siglo. San Pedro se encuentra donde termina el pueblo, a los pies del castillo. En los capiteles se hayan representadas algunas escenas.

En el pasado Caracena tuvo mayor importancia. Siendo parada de la Ruta de la Lana, un ramal del Camino de Santiago que unía Burgos con Cuenca, Valencia y Alicante, la defendieron con un castillo que cerraba el paso que discurría entre los dos cañones. Caracena estaba entonces amurallada, aunque escasos restos quedan de la misma. A ella se entraba por el Puente Cantos, en la parte baja de la villa. Más arriba se encuentra su plaza, donde un rollo barroco indicaba la jurisdicción que allí regía. Caracena disponía de cárcel y de hospital de pobres.


Para visitarlo debemos dejar el coche al lado de la iglesia de San Pedro, y llegamos al castillo tras una corta pero empinada cuesta. Es un castillo muy fotogénico, a pesar de su estado de total ruina y abandono. Parece sacado de alguna escena de Juego de Tronos. También fue edificado en del siglo XII, aunque fue demolido por orden de los Reyes Católicos tras un conflicto con el señor de Caracena y reedificado por Alfonso Carrillo de Acuña, el nuevo señor a finales del XV. Aunque se puede visitar parcialmente atravesando por un agujero en el muro perimetral no recomiendo entrar en él debido al riesgo de desprendimientos.

El Mapa

Ruta combinada

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