Granadilla (Cáceres, Extremadura): Una ciudad medieval expropiada

miércoles, 17 de abril de 2019


Aunque en España, en general, se suele respetar el patrimonio hay algunas aberraciones de difícil explicación y aún peor justificación. Granadilla es el ejemplo paradigmático de estos casos.

Hasta mediados del siglo XX Granadilla, al norte de Cáceres, era fácilmente la ciudad medieval mejor conservada de España. Y la más espectacular de las que conozco por mucho. Y entonces llegó el progreso. O mejor dicho, una versión torticera del mismo apoyada en cálculos erróneos.


Granadilla fue expropiada y su término municipal extinguido para la construcción de un embalse, el de Gabriel y Galán. Como solía pasar en esos casos los vecinos fueron desalojados y recibieron una magra compensación por sus tierras y casas. Granadilla era capital de su comarca y de su partido judicial. Creo que nunca en la historia de España se expropió una población de similar importancia.

Y Granadilla jamás fue alcanzada por las aguas. Ni siquiera en los años de mayor volumen embalsado porque incluso la parte más baja de sus muros cuenta con un buen margen en cota con respecto a la máxima capacidad.

 

Pero el daño ya estaba hecho. Sin nadie que las mantuviese, las casas fueron reduciéndose a un montón de escombros. A pesar de que tan sólo unos años después de descubrir que Granadilla jamás se inundaría se empezo a trabajar en la recuperación de las casas, el alcance de estos trabajos distaba muchísimo de lo necesario para evitar su ruina total. Hoy es un pálido reflejo de lo que debió ser en su día.

La parte reconstruida de Granadilla es su calle principal, su ayuntamiento y algunos edificios más. Se mantiene la iglesia y se han consolidado sus murallas, pero Granadilla es un monumento a la dejadez y la incompetencia, como puede serlo Belchite pero aún peor, porque ninguna guerra y ningún dogmatismo político causaron su ruina. Y todo tenía una solución relativamente sencilla.

 

Granadilla fue fundada como un puesto de avanzada para proteger la frontera del avance del Reino de León, allá por el siglo IX. Finalmente, en el siglo XII Granada, que así se llamaba entonces, cayó en manos leonesas, que la reforzaron para proteger su frontera, uno de los pocos bastiones al sur del Sistema Central. Pocos años después fue cedida a la Orden de Santiago. Siglos más tarde volvería a manos de la Corona y su influencia era tal que llegó a tener voto en Cortes a partir de principios del siglo XIV. En el siglo siguiente Granadilla pasó a la Casa de Alba, con quien prosperó y quien ordenó la construcción de su castillo. La importancia de Granadilla durante este período era tal que su señorío comprendía diecisiete municipios, incluyendo La Alberca, que ya conoceremos.

Por esta época y para evitar confusiones, Granada recibió el nombre oficial de Granadilla tras la conquista del último reino musulmán de la península, aunque hasta el siglo XIX fue el nombre que el concejo siguió utilizando en sus papeles.


Granadilla perteneció a la Casa de Alba hasta la Desamortización, momento en que se deshacen de todas sus posesiones en la villa, excepto el castillo, pasando muchas de ellas a manos de la familia Giménez, que las retendrían hasta la construcción del embalse, que recibe el nombre de Gabriel y Galán, un poeta de la región emparentado con los últimos descendientes de los Giménez.

Veinte años después de la expropiación fue declarado Conjunto histórico-artístico y cuatro años más tarde incluída en el Programa de Recuperación de Pueblos Abandonados. Y por lo que se ve, tras treinta años de reconstrucción, no parece que el programa haya servido de gran cosa. De hecho, hasta parece que la intervención en algunas de las casas no fue nada afortunada, ya que no se respetaron los edificios originales.

 

Por ejemplo, la Casa de las Conchas era la más grande de la villa. Pues bien, de ella sólo queda la fachada porque tras la inclusión en el Programa se utilizó parte de su solar para construir una pista deportiva y hasta corrales. Increíble.

O la Casa de los Arcos, que es la unión de varias casas más pequeñas y cuya estructura es, por tanto, una invención de los encargados de su "recuperación". Tampoco el castillo se libró. Su ruinoso estado mereció una intervención urgente que no fue muy respetuosa con el edificio original.

El único edificio de Granadilla que no pasó a ser propiedad de la Confederación Hidrográfica es la iglesia parroquial, que sigue perteneciendo a la diócesis de Coria-Cáceres. No sé si es por cosa suya, o por la restauración, pero es un edificio alto que antaño estuvo entre casas y hoy parece estar en mitad de un descampado.


El Mapa

Ruta Combinada
Rutas relacionadas


0 comments

Publicar un comentario