Cala S'Almonía y Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)

sábado, 15 de noviembre de 2014

Una barca en Cala S'Almonía (Santanyí, Mallorca)
Cala S'Almonia


Cala S'Almonía (Santanyí, Mallorca)
Cala S'Almonia


Vuelo sin motor en Santanyí
Cala S'Almonia


Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Caló des Moro


Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Caló des Moro


Salida del Caló des Moro (Santanyí, Mallorca)
Salida del Caló des Moro


Uno de los puntos fuertes de Mallorca son sus muchísimas calas. Nada que ver con la archifamosa playa de S'Arenal o de Magaluf donde tantos turistas se apiñan sin conocer nada más de la isla. Pero precisamente por su abundancia a veces se hace difícil escoger cuáles visitar.

Afortunadamente tengo el privilegio de tener dos amigos, Maribel y Ernest, que conocen muy bien la isla y me guiaron estupendamente tanto en persona como en papel.

El día en que me alquilé un coche y me puse a explorar en solitario todo lo que ellos no pudieron enseñarme una de las cosas que me apuntaron para ver fue este pequeño rincón del municipio de Santanyí, que tiene una de las costas más bonitas de la isla, que ya es decir.

Cala S'Almonía y el Caló des Moro están en una finca privada cuyos dueños afirman, en la cartelería que hay en el lugar, haberla comprado para salvarla de la especulación urbanística que había planeado la construcción de un hotel en sus terrenos.

A cambio de permitir el paso de las personas lo único que exigen a los visitantes es mantener limpio el lugar y no fumar ya que, al parecer, un descuido provocó un incendio pocos años después de su adquisición.

El terreno está muy bien cuidado, con repoblación de diferentes especies vegetales autóctonas buscando que el lugar sea más y más verde. No tengo ni idea de como era al principio, pero la verdad es que ahora hay bastante vegetación.

Para visitar Cala S'Almonía puede bajarse por la finca o por unas escaleras bastante empinadas desde al lado de una casa y que cruzan un pinar. Personalmente prefiero las escaleras porque la vista al bajarlas es grandiosa y casi inesperada, mientras que al bajar por la finca tienes un descubrimiento mucho más gradual de los atractivos del lugar.

La cala tiene dos pequeños arenales, uno cerca de las escaleras y otro cerca de las pequeñas edificaciones de pescadores al lado de un acantilado. Ninguno de los dos estaba muy concurrido cuando fui yo, posiblemente debido a la competencia del Caló des Moro, que tiene mucha más fama (y arena).

Justo al lado del arenal de los pescadores hay algo que llama la atención, un agujero excavado por el mar en la roca a través del cual alguna gente se tiraba al agua. Tuve la suerte de poder hacer alguna foto (y que saliese bien).

El Caló des Moro es una de las playas más conocidas de Santanyí. Se trata de un largo brazo de mar que se cuela en tierra y remata en un pequeño arenal, muy bien protegido de los vientos y que sufre de aglomeración. No llegué a bajar, pero tampoco es que hubiese mucho sitio para poner las toallas. Visto que está orientado al este creo que lo indicado es ir bien temprano para elegir sitio.

Por el lado derecho hay un pequeño cabo por el cual transcurre un pequeño sendero desde el que hay muy buenas vistas de todo el Caló y también de la salida del mismo y de los barquitos que fondean por aquí.

Hablando de senderos, hay rutas de senderismo que comunican Cala S'Almonía y el Caló des Moro con Cala Marmols o la vecina Cala Llombards. Si vuelvo a visitar esta zona, que espero que sí, me encantaría hacer la de Cala Marmols, que es una cala que no he visitado.

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Serra de Tramuntana (III) - Deià (Mallorca, Islas Baleares)

domingo, 9 de noviembre de 2014

Llegando a Deià (Mallorca, España)
Llegando a Deià


Desde la iglesia de Deià (Mallorca)
Vista desde la iglesia de Deià


Cañones de Deià
Cañón en la iglesia


Monique Soleres
Recuerdo en el cementerio


Paisajes Élficos (Deià, Mallorca)
Deià


Bajando a Cala Deià (Mallorca, España)
Bajando a Cala Deià


Cala Deià
Cala Deià


Uno de los atractivos de la comarca de la Serra de Tramuntana, más allá de los paisajes y calas como la de Sa Calobra, son sus pueblos, exquisitamente conservados con su arquitectura tradicional.

Y de entre estos uno de los que más destaca es Deià, lugar de retiro de numerosos artistas y una villa entregada a las diferentes ramas del arte, desde que a partir de los años 60 y 70 del siglo XX estos empezaron a llegar y, en muchos casos, establecerse en esta hermosa población.

Pruebas de esta fructífera relación de Deià con el arte son sus numerosos museos: el arqueológico, la casa de Robert Graves (tal vez el más conocido de sus residentes y autor de novelas como Yo, Claudio), Son Marroig, el del pintor Norman Yanikun, el Parroquial o la finca del Archiduque Luis Salvador de Habsburgo. Nada mal para una localidad cuya población de derecho era de 755 personas en 2009. La de hecho es sensiblemente mayor y se estima en unas 850 personas.

Es fácil ver por qué Deià ha ejercido esta atracción hacia estos artistas. Sus paisajes, su clima, la maravillosa arquitectura tradicional de sus casas, dominios y mansiones, su posición elevada sobre el mar, al que se abre y la poderosa presencia del Teix, la segunda mayor montaña de la isla, componen un entorno natural incomparable.

Y además Deià es una localidad poco accesible por carretera, ya que hay que venir bien por Valldemossa, bien por Sóller, a través de carreteras llenas de curvas que hacen que muchos turistas se lo piensen dos veces antes de abandonar sus hoteles en la zona de Palma o Magaluf. Y los que llegan son en buena parte turistas que vienen motivados a conocer la idiosincrasia del lugar o que también tienen inquietudes artísticas.

También es común entre los artistas que viven o visitan Deià querer tener su tumba, o al menos un recuerdo, en el cementerio de la localidad, con multitud de lápidas con nombres extranjeros.

Pero a la vez que han querido pasar la eternidad en Deià muchos de ellos también han hecho a Deià inmortal en sus obras, ya que muchas obras de teatro, novelas o poesías están ambientadas en el municipio.

Actualmente es lugar de residencia habitual de gente como el actor Pierce Brosnan o una de las hermanas Corr, del grupo de pop irlandés The Corrs.

Deià tiene una historia antigua y se sabe que su término municipal ha estado habitado desde tiempos prehistóricos, aunque el actual núcleo poblacional tiene su origen bastante más tarde, durante la ocupación árabe. Fue en este momento cuando se empezaron a construir las terrazas y los sistemas de riego que sirvieron de precursores a los que se utilizan hoy en día.

Tampoco se libró Deià de las incursiones piratas, y se sabe que hubo varias torres de defensa e incluso la iglesia fue fortificada. De esta época procede el cañón que se encuentra en su recinto.

En cuanto al entorno natural, Deià es una transición bastante abrupta desde el mar, donde Cala Deià, con sus casitas de pescadores reconvertidas en restaurantes y chiringuitos playeros es uno de los puntos más destacables, hasta lo alto del Teix.

Y entre ambos una pequeña zona más suave y con terrazas donde se cultivan, entre otras cosas, cítricos y olivos y donde se asienta el casco urbano, coronado por la iglesia y rodeado de casas y mansiones que hacia las afueras están rodeadas de preciosos jardines que le dan un aspecto de paraíso como pocas veces he visto en España.

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