Gormaz (Soria, Castilla y León): La fortaleza más grande de Europa

lunes, 15 de abril de 2019



 

Tradicionalmente los castillos han dominado amplias regiones desde sus atalayas en lo alto. Esto, unido a su arquitectura le dan un aspecto colosal y uno imagina a sus moradores sintiéndose los amos del mundo viendo las amplias extensiones de terreno que controlaban desde su atalaya.

Pero muchos de estos castillos palidecen ante la majestuosidad del Castillo de Gormaz, en Soria.

Gormaz ha estado ocupado desde la prehistoria. Se han encontrado restos de moradores prehistóricos y casi cada civilización que ha pasado por esas tierras ha construido algo en la cima del cerro. Celtas, romanos, visigodos, árabes, castellanos...

 

Durante la Reconquista la zona de Gormaz era frontera. Los musulmanes construyeron un pequeño castillo aquí que sería tomado por los cristianos. Controlando las rutas del Duero y siendo parte importante de la defensa de Medinaceli, entonces una importante ciudad del Califato de Córdoba, fue profundamente reformado tras ser recuperada por las tropas califales en el siglo X y se convirtió en su momento en la fortaleza más grande de Europa, con un perímetro de 1200 metros y casi medio kilómetro de punta a punta.

Posiblemente diréis que hay ciudades cuyas murallas son mucho más grandes (Lugo, por ejemplo) y es verdad, pero eso son ciudades amuralladas y no un castillo construído en medio de la nada, sin casas que proteger dentro de sus defensas.

 

Sin embargo, antes de que terminase el siglo los leoneses conseguirían tomar el castillo tras varios intentos, aunque lo volverían a perder y no sería hasta 1060 cuando Gormaz pasó a ser definitivamente cristiana tras ser tomada por Fernando I de León. Uno de los señores de Gormaz sería Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid.

La última función del castillo antes de su abandono fue la de prisión, una vez que su importancia estratégica desapareció.


La fundación del pueblo ocurre en esta época. Dentro del plan de reploblación y consolidación de estas tierras se fundó la Comunidad de Villa y Tierra de Gormaz, aunque el pueblo nunca llegó a ser una población de importancia y ya durante el Censo del Marqués de Floridablanca su población se superaba por poco las 100 personas.

 

A pesar de ello Gormaz contó con dos iglesas y una ermita, la de San Miguel, del siglo XI y que está clasificada como monumento. Hay una curiosidad sobre esta ermita, y es que tiene elementos que proceden de una iglesa ya desaparecida, la de Santiago. También se encontraron pinturas de gran valor de estilo románico, parecidas a las de San Baudelio, que ya veremos en otro artículo. El descubrimiento de estas pinturas fue fortuito, tras desprenderse parte del estucado

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