Guimerà, Lleida (Cataluña)

sábado, 27 de febrero de 2016

Guimerà (Lleida, Cataluña)
Castillo de Guimerà


Guimerà (Lleida, Cataluña)
Castillo de Guimerà


Guimerà (Lleida, Cataluña)
Iglesia de Santa María de Guimerà


Guimerà (Lleida, Cataluña)
Bajada desde la iglesia


Guimerà (Lleida, Cataluña)
Guimerà


Monasterio de Santa María de la Vallsanta (Guimerà, Lleida)
Santa María de la Vallsanta


Otra de las muchas villas medievales de Cataluña es Guimerà, en la comarca de Urgell, en el sur de la provincia de Lleida.

Tal vez a alguno de vosotros le suene un poco raro ver un "Urgell" al sur de Lleida, teniendo en cuenta que la Seo d'Urgell está pegada a Andorra, bastantes kilómetros al norte.

La razón es sencilla, hay tres comarcas de Lleida con este nombre y la razón es porque su territorio formaba parte (bueno, más o menos) del antiguo Condado de Urgell, uno de los más importantes de entre los condados catalanes de la Corona de Aragón. De hecho, su extinción como entidad política independiente está relacionada con el intento del último de sus condes, Jaume II, de ser entronizado. Tenía ciertos derechos dinásticos al estar emparentado desde la cuna con Martín I de Aragón, de quien era además cuñado y que había intentado convertirle en su heredero.

El caso es que ni valencianos, ni aragoneses tenían demasiado interés en verle como rey y cuando atacó Zaragoza para hacerse valer Martín I no tuvo más remedio que dar marcha atrás. El Compromiso de Caspe dio al traste con sus aspiraciones al morir Martín sin heredero designado y tras la revuelta posterior su condado y su libertad dejaron de existir. Murió veinte años después en el castillo de Xàtiva, donde estaba prisionero.

Volviendo a Guimerà, su castillo fue uno de los muchos de esta zona. Hay que tener en cuenta que la orografía y la atomización política de los Condados Catalanes, hacían poco práctica la construcción de un gran complejo militar como sí se hacía en otras partes de la península.

Guimerà se construyó en una ladera, con las torres del castillo presidiendo la parte alta de la villa y el resto de la ciudad, en su mayor parte conservada hasta nuestros días, protegida por unas murallas.

Al igual que muchas fortificaciones de esta zona sufrió durante las Guerras Carlistas. Es a partir de este momento donde empieza la ruina de su castillo, hasta su desplome parcial. Hoy en día sólo quedan algunos restos de lo que fue, con unas vistas magníficas del valle del río Corb.

Guimerà se disfruta paseando por sus calles, viendo sus arcos, los pasos elevados que comunican edificios enfrentados en la misma calle y que tienen el mismo propietario, los portales que aún se conservan de lo que fueron sus murallas. Es un sitio muy tranquilo para visitar, con poco movimiento por las calles. A diferencia de las restauraciones que se hicieron en otros sitios más próximos a los grandes centros de población de Cataluña, como Montblanc, la restauración aquí no llega a tener el pueblo en un perfecto estado de revista, lo que hace que te dé una mayor sensación de "medievalidad".

En la página web del ayuntamiento se propone un recorrido por sus calles para que los visitantes no se pierdan todas sus maravillas. Hay una versión en castellano de la misma que ojalá hubiese visto antes de la visita: hubiese aprovechado un poco mejor el paseo.

Y fuera de sus calles y si venís de la carretera que une Tarragona con la Seu d'Urgell podéis hacer una breve parada en el Monasterio de Santa María de la Vallsanta, que está justo al lado de la carretera. Id atentos para que no la paséis de largo, porque no hay mucho sitio para aparcar.

El Mapa
Rutas relacionadas

Montblanc, Tarragona (Cataluña)

domingo, 14 de febrero de 2016

Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Plaça Major de Montblanc


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


Montblanc (Tarragona, Cataluña)
Montblanc, Tarragona


La villa ducal de Montblanc se encuentra en la comarca de la Conca de Barberà, de la que es capital. Se trata de una villa con mucha historia, que hunde sus raíces hasta la prehistoria, teniendo dentro de su término municipal un buen número de cuevas donde se conservan pinturas rupestres de diferentes épocas. Tal es la importancia que tienen que pesó fuertemente a la hora de ser elegida la localidad como "Patrimonio de la Humanidad". En el Pla de Santa Bárbara también se conservan restos de lo que fue un poblado íbero y se han encontrado rastros romanos.

Durante la reconquista y tras haber sido conquistada por los condados cristianos el conde Ramon Berenguer IV les concedió una exención de impuestos a la primitiva población de Duesaigües, a la que renombraron como Villasalva (salvada de pagar impuestos). Años después la población sería trasladada a su ubicación actual.

La nueva población pronto tuvo castillo e iglesia, y con el tiempo recibió nuevos favores como un ayuntamiento y una veguería, una forma de organización territorial propia de Cataluña, además de las Escribanías Reales y el Estudio Mayor, lo que contribuyó a aumentar la importancia de la villa, que incluso llegó a albergar cortes en cinco ocasiones.

De esta época es también la muralla, que está en un magnífico estado de conservación y encierra un casco antiguo que merece mucho la pena. Por sus calles podemos visitar iglesias, conventos, hospitales, palacios, casonas, las plazas, la judería...

Y más o menos por esta época empezó Montblanc a perder el paso: malas cosechas, epidemias y guerras acabaron con su prosperidad, quedando buena parte de las casas, puentes y las murallas bastante degradados. La Guerra de los Segadores se cebó con el pueblo y durante la retirada de las tropas castellanas de Palavicino fue saqueada y se destruyó el archivo. Iglesias, casas y murallas sufrieron importantísimos daños. A esto se le conoce como La Gran Quemada.

Pero las desgracias no terminaron ahí: la Guerra de Sucesión significó el final de los privilegios que tenía y durante la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas también sufrió mucho. Incluso la mejora de las condiciones de vida y la remontada de mediados del siglo XIX fueron cortados por una plaga de filoxera que acabó con sus viñedos. Sólo un siglo después, a mediados del XX, la población remontó definitivamente.

Hoy en día, como dije, el estado de conservación es francamente bueno y no entiendo cómo puede ser que no sea más conocida. No está mal comunicada, tiene uno de los conjuntos amurallados más interesantes de la Comunidad y todo el patrimonio histórico y arquitectónico que posee son de primer nivel. Para verla con calma y pasar el día en ella.

En lugar de recomendaros visitar tal o cual cosa es mejor recomendaros entrar en la oficina de turismo, coger un folleto y luego caminar libremente por la villa dejando que os sorprenda. Es algo que me hubiera gustado hacer, pero empezó a caer el gran aguacero y decidí que era mejor continuar mi camino. Tenía pocos días y muchos sitios todavía por descubrir.

El Mapa
Rutas relacionadas

Siurana, Tarragona (Cataluña)

miércoles, 10 de febrero de 2016

Siurana (Cornudella, Tarragona)
Carretera Cornudella-Siurana


Siurana (Cornudella, Tarragona)
Siurana (Cornudella, Tarragona)


Siurana (Cornudella, Tarragona)
Calles de Siurana


Siurana (Cornudella, Tarragona)
Calles de Siurana


Mirador de Siurana (Cornudella, Tarragona)
Mirador de Siurana


Iglesia de Siurana (Cornudella, Tarragona)
Iglesia de Siurana


Embalse de Siurana (Tarragona, Cataluña)
Embalse de Siurana


Cornudella desde Siurana (Tarragona, Cataluña)
Cornudella desde Siurana


Perdida en las montañas del Priorat, Siurana es uno de los muchos tesoros que encierra el interior de Cataluña. Acostumbrados a que la atención se focalice en Barcelona y en la Costa Brava, para el gran público estos lugares pasan desapercibidos y, a veces, ni siquiera salen en las manidas listas de "pueblos más bonitos de España".

Y es una pena. En el mismo grado en que la costa catalana se ha desvirtuado en el interior se ha mantenido con mimo ejemplar su arquitectura, su urbanismo y su entorno. Visitar estos pueblos fue la razón principal de mi viaje por el noreste peninsular.

Para llegar a Siurana hay que meterse por carreteras bastante secundarias. Yo venía desde Miravet, pueblo que hemos conocido en la ruta anterior, lo que me permitió darme un paseo por esas montañas de la Tarragona "casi" litoral, y ver sus viñedos, tan diferentes de los que tenemos por la zona de las Rías Baixas y de donde salen los vinos de la región.

La carretera en si misma merece la pena disfrutarla, a traves de esas suaves lomas, cada vez más escarpadas a medida que nos internamos a la montaña y con riscos de una caliza rojiza que le dan un aspecto ciertamente espectacular.

Tras Cornudella pasamos por una carretera que va al embalse. No fui por ella, pero visto el aspecto que tenía desde arriba me hubiera gustado acercarme. Visto entre montañas y si hay posibilidad de caminar a sus orillas debe merecer la pena.

Me encanta la carretera de acceso al pueblo, que va serpenteando entre los barrancos hasta llegar a Siurana. Son tan bonitos que a pesar de que se me echaba la noche encima e iba a tener poco tiempo para visitar el lugar me detuve a hacer algunas fotos. Como veis, merece la pena.

Una vez que llegas a Siurana hay un aparcamiento para los visitantes. A partir de lo que fueron las puertas del castillo sólo los residentes pueden aparcar, como en tantos otros pueblos monumentales. El aparcamiento en Siurana es gratuito (o al menos lo era cuando fui), y tiene unas vistas sobre el río que son un auténtico lujo.

Donde estamos ahora es parte de lo que fue el castillo, del que apenas quedan algunos muros y contrafuertes y lo que debió ser el foso y que impide el acceso al recinto principal. Es una pena que esté así, pero muchas de las fortificaciones de la zona del Priorat y el Maestrazgo fueron desmanteladas durante y después de las Guerras Carlistas. No sé si es el caso.

Desde el aparcamiento al pueblo hay un pequeño paseo, de no más de 300 metros (o eso recuerdo) y una vez allí puedes perderte entre sus casas, para maravillarte por el magnífico estado de conservación de las mismas, con un respeto absoluto por su arquitectura tradicional. Una gozada para la vista.

Además, si te subes a lo alto del pueblo encuentras una pequeña plataforma rocosa completamente llana desde la que hay unas vistas magníficas de lo que fue el castillo y del barranco por el que discurre la carretera por la que hemos llegado. En realidad todo el pueblo está sobre una especie de plataforma en lo alto de una elevación, rodeada de altas caídas y que forman parte de la leyenda del Salto de la Reina Mora. Las vistas desde cualquiera de los extremos del pueblo son tremendas: bien al río, bien al pantano, bien a Cornudella y el Montsant detrás de ella o al barranco de acceso. A la puesta de sol, como me tocó a mi, es un espectáculo ver esa luz rojiza bañando esas paredes calizas.

Esta ubicación fue lo que convirtió a Siurana en una de las más inexpugnables de las fortalezas musulmanas en Cataluña y, de hecho, fue parte de las líneas de defensa de las menguantes taifas frente a los pujantes condados cristianos. Tan buenas eran sus defensas que a pesar de su aislamiento fue capital de un valinato y tan sólo cayó cuando todos los terrotorios circundantes fueron conquistados, siendo la última plaza musulmana en caer dentro del actual territorio catalán.

De su conquista procede la Leyenda de la Reina Mora, la cual era la señora del castillo, que según la leyenda sólo cayó por una traición y viéndose en manos de los cristianos y para evitar un destino de esclavitud o ser violada durante el tumulto decidió saltar al vacío a lomos de su caballo blanco, en una caída de varias decenas de metros. En el lugar donde el caballo saltó (o se detuvo para evitar la caída, según la versión) ha quedado una hendidura en la roca que habría sido causada por una de sus herraduras.
 
El Mapa
Rutas relacionadas