Castillos de Castilla (II): Tiedra, entre la Tierra de Campos y el Alfoz de Toro

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Primavera en Tiedra

La confluencia entre las provincias de Zamora, Valladolid y León es abundante en castillos y fortificaciones.

Su carácter de triple frontera entre los Reinos de León, Castilla y los diversos estados musulmanes que se fueron sucediendo al sur del Duero, más la proximidad, a partir del siglo XII, del Reino de Portugal hicieron muy importante la guarda y protección de estas tierras.

Tiedra es uno de estos castillos fronterizos que se construyeron para proteger a los colonos procedentes del norte con los que el reino leonés repobló estas tierras.

Castillo de Tiedra

Para ello se utilizó un cerro situado al lado de la villa vieja, Amallóbriga, una población más que milenaria fundada por los vacceos, antes de la llegada de los romanos, debido a que era más fácil de defender. La situación de Tiedra era estratégica ya que controlaba el paso entre la Tierra de Campos y el Alfoz de Toro, y se convirtió en villa de realengo, dependiendo directamente de la corona y no de algún señor feudal.

Para el siglo XIII, sin embargo, la familia de los Téllez de Meneses era quien controlaba Tiedra, convertida en una pequeña y próspera ciudad medieval. Fue esta familia la que dio al castillo su forma actual.

Ruinas de la Iglesia de San Pedro

Tiedra cambió de manos varias veces más, hasta que acabó en manos de la familia Osuna, su última propietaria, que la conservó hasta el siglo XIX, cuando se abolieron los señoríos.

Hoy Tiedra es una pequeña población en los Montes Torozos, que conoció decadencia pero que, al igual que vimos con Urueña, busca en su pasado el presente y el futuro. La reconstrucción de su castillo y una serie de actuaciones en su casco urbano buscan posicionarla para que los visitantes se acerquen a conocerla.

Tiedra desde el castillo


Además del castillo, Tiedra tiene una modesta plaza mayor, los restos de sus murallas y un aula de arqueología para conocer el pasado más que milenario tanto de la población actual como de Amallóbriga, su antecesora.

Para quienes vamos de lejos tal vez no merece la pena ir a propósito porque es muy pequeño y se ve enseguida, pero por suerte se puede hacer un circuito de uno o dos días visitando Tiedra y otros castillos de las cercanías, como Urueña o Villalonso.

El mapa

Ruta combinada

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Castillos de Castilla (I): Urueña, la villa del libro.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Murallas y castillo (cementerio) de Urueña

El gran problema de hacer turismo por Castilla y León son las autovías. Son geniales para conectar el punto A con el punto B, pero eso hace que mucha gente no se pare a ver qué hay de camino. Simplemente marcan el destino en el GPS y tira p'alante.

Pero como ya os he mostrado en post anteriores de este blog, Castilla tiene mucho para ofrecer. Tanto, que sorprende. Hoy vamos a conocer Urueña, que no es exactamente una desconocida.

Urueña desde la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada

A pesar de ello, jamás ha sido visitada por la inmensa mayoría de los conductores habituales de la A-6, estando a tan sólo seis kilómetros de la salida 211, cerca de Villardefrades que, por cierto, tiene una iglesia en ruinas que es preciosa.

Murallas de Urueña

Vengáis del norte o del sur, la salida 211 es la que deberíais coger. No porque os quede mejor, ya que posiblemente la 216 le viene mejor a quien va en sentido Madrid, pero la vista de las murallas de Urueña desde la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, es la mejor carta de presentación posible para la localidad.

En cualquier otro lugar de Castilla, Urueña destacaría únicamente por su castillo y sus vistas, pero Urueña tiene otro atractivo: es una Villa del Libro.

Adarve de la muralla de Urueña
Pero vayamos por partes.

Urueña es antigua y su emplazamiento estuvo poblado por los vacceos, después romanizada y reconquistada en el siglo X, convirtiéndose en uno de los innumerables puestos de frontera entre los Reinos de León y de Castilla y también con los estados musulmanes al sur del Duero.

El patrimonio de Urueña sufrió un gran descalabro en 1876, cuando un incendio se llevó por delante el ayuntamiento con su archivo, y de paso medio pueblo.

Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada
En las últimas décadas el ayuntamiento ha emprendido un ambicioso programa de restauración que ha devuelto el esplendor a la villa. Hoy en día la muralla luce un aspecto inmejorable y al visitarla se hace imprescindible pasear por el adarve, con vistas a la comarca de los Montes Torozos y parte de la Tierra de Campos. Ya sólo por esto, merece la pena parar en Urueña.

Pero es que además Urueña es una Villa del Libro. Es un proyecto inspirado en otros que hay en Europa y la idea es crear una alternativa de turismo cultural y de promoción de la lectura y la escritura. Al calor de esta iniciativa varias librerías se abrieron en la villa, hasta una docena en tiempos anteriores a la pandemia del COVID-19, aunque no sé cuantas de ellas siguen abiertas actualmente. Urueña también cuenta con cinco museos.

Iglesia de San Andrés en Villardefrades

 Y todo ello con unos 200 habitantes.

Como digo, merece la pena parar.

 El mapa

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