Combarro, el pueblo de pescadores por excelencia (Poio, Pontevedra)

domingo, 20 de diciembre de 2020

Combarro desde la Praia do Padrón

Combarro es una pequeña rareza dentro de la costa gallega. Por desgracia para nosotros muchos de los pueblos marineros perdieron sus antiguas casas de pescadores y fueron sustituidas por edificios más modernos y más sosos.

Sin embargo, en Combarro su arquitectura tradicional y su relación con el mar se han mantenido a lo largo de los siglos y sus encantadoras callejuelas y sus casitas de piedra, serpenteando sobre una enorme roca granítica, nos transportan a tiempos pasados y nos recuerdan de donde venimos.


El problema es que para tener la experiencia completa hay que madrugar. En un día normal Combarro ve como las paredes de sus calles principales se forran de aparadores y estanterías para vender souvenirs o bebidas y licores a los turistas y es mejor ir un poco antes, cuando los turistas aún no han venido y podemos ver el pueblo como es.

La foto más conocida de Combarro es desde la Praia do Padrón, desde donde se ve su fachada litoral
con sus barcas amarradas a los pilares de los hórreos. En tiempos pasados había muchas más, pero desde la construcción del puerto muchas se han llevado a los modernos pantalanes del Porto da Chousa.


Los hórreos a pie de mar son su característica distintiva de Combarro, y si cuando vayáis está la marea baja podéis apreciarlos desde el mar, simplemente paseando desde la playa hasta el antiguo muelle, que también hacía las veces de plaza mayor. Estos hórreos hablan de los tiempos en que la gente se ganaba la vida en el mar y también en tierra. Aún hoy se ven algunas nasas guardadas entre los hórreos o apiladas en el muelle, en una especie de mestizaje raras veces visto.

Los hórreos servían para almacenar patatas, cereal y otros productos, y también para secar el pescado. Los habitantes de Combarro a veces tenían fincas al otro lado del pequeño brazo de ría que los separa de Campelo. Los hórreos fueron construidos a pie de mar para que los productos de estas fincas pudieran ser transportados por barca y descargados rápidamente.

Hórreo con tornarratos

Si en el vídeo o en las fotos os llama la atención la existencia plataformas encima de los pilares, deciros que se llaman tornarratos (vuelcarratones) y sirven para que los roedores no puedan entrar puedan entrar en el hórreo y llegar a los alimentos allí almacenados.

Hoy día muchos hórreos sirven de almacén para bares y restaurantes, donde guardan parte de sus enseres o de sus bebidas. No es raro ver cómo un empleado abre un hórreo y saca una caja de latas de refresco o una bobina de papel.



La calle más bulliciosa de Combarro es una que ni siquiera consta en Google Maps. Es una estrecha callejuela que discurre paralela al mar, que le da nombre y que une el muelle (O Peirao) con la Praza da Chousa, que recibe su nombre de la playa sobre la que fue construida. Al lado de esta plaza se encuentra el moderno puerto, mitad pesquero, mitad deportivo. Es el mayor de los varios de Poio y uno de los más nuevos de Galicia.

Volviendo al pueblo antiguo y subiendo un poco hay calles más tranquilas, con varios cruceiros, escenificaciones de la Crucifixión de Cristo. Los cruceiros normalmente se construían en cruces de caminos en Galicia, para mostrar devoción o arrepentimiento ante un pecado. En Combarro hay varios, generalmente orientando el Cristo hacia el mar y la Virgen hacia tierra. Generalmente, pero con una excepción, puesto que la Virgen de ese cruceiro es la Virxe do Carme (Virgen del Carmen), la patrona de los marineros.

Un cruceiro en Combarro

En esta parte se ven casas más grandes, con buenos soportales para protegerse de la lluvia y con solainas, esas galerías tan típicas de las casas gallegas.

En el suelo aún es posible ver la roca granítica sobre la que se edificó el pueblo, para aprovechar un terreno que no era cultivable y maximizar el escaso espacio útil entre el mar y la montaña.

Sirva como ejemplo de esto el hecho de que los hórreos se construyeron entre las casas. Normalmente se construían fuera de los núcleos urbanos y hay complejos muy interesantes en el noroeste peninsular como los de Pedre y Figueira en Cerdedo-Cotobade o los de Soajo y Lindoso en Portugal.

Casa con solaina

Casi cualquier calle de Combarro lleva a callejones que conducen a la ría, siendo uno de las poblaciones más abiertas al mar que conozco. Es un lujo que su trama urbana y su arquitectura se hayan conservado y que aún no haya perdido totalmente ese amor por el mar y por su tradición.

Pero hoy en día Combarro vive del turismo, como ya dijimos. Eso ha servido para que numerosos restaurantes, taperías y bares hayan restaurado inmuebles que de otra forma se hubiesen perdido. Hay numerosos ejemplos de casas en el casco urbano que se mantienen en pie por el buen oficio de los canteros que los levantaron.

Nasas recicladas como barandilla

Ojalá encuentren compradores que las restauren y mantengan en pie, porque todo el pueblo está lleno
de rincones con encanto y es de lo que depende en buena medida la prosperidad de sus gentes.

Para finalizar os dejo un vídeo corto, de unos dos minutos y medio, sobre Combarro.

El cañón del Sil (frontera entre Lugo y Ourense)

domingo, 6 de diciembre de 2020


Cuando hablamos de cañones casi inevitablemente pensamos en Colorado. Pero España posee varios cañones dentro de su territorio, como el Cañón del Río Lobos o el de Las Hoces del Duratón, aunque ninguno de ellos es tan extenso y tan profundo como el Cañón del Sil, que alcanza su mayor espectacularidad en su recorrido por Galicia (y parte de León).

Aunque sus paredes no son tan verticales o tan espectaculares como las que puede tener el tramo de la Ermita de San Frutos, este cañón ha sido excavado en granito puro. Aunque hoy esté domado con embalses, ya podéis imaginar cómo de salvaje era el Sil antes de la construcción de las presas.

 
Mirador de Vilouxe

Los bosques de roble, castaño y otras especies típicas del bosque atlántico que crecen en el entorno del cañón lo convierten en uno de los lugares más mágicos de toda la península.

Y esta magia fue percibida desde épocas antiguas, como atestiguan los restos procedentes de todas las épocas, pero especialmente los muchos conventos, ermitas, iglesias y capillas que se construyeron a uno y otro lado del río.

De entre ellos destacan el Mosteiro de Santo Estevo de Ribas de Sil, en Nogueira de Ramuín, abandonado durante muchos años y finalmente convertido en Parador Nacional, y el de Santa Cristina de Ribas de Sil, en Parada de Sil, que ha sido reconstruído para evitar que se perdiese.

Santa Cristina de Ribas de Sil

Por esa razón mucha gente cree que "Ribeira Sacra", el nombre con el que se conoce a las orillas del Sil (y también del Miño, de su desembocadura hacia el norte), procede de esta concentración de construcciones religiosas.

Aunque, por lo visto, lo de "Ribeira" es una derivación de "Rovoyra", que sería un bosque de robles. Esto podría llevarnos a tiempos prerromanos y a la presencia de los celtas y sus druídas, para quienes el roble era su árbol sagrado.

 Túnel de Montefurado (Quiroga, Lugo)

  Hablando de los romanos, ellos descubrieron que el río llevaba oro entre sus arenas. Por eso aprovecharon un meandro para hacer un atajo y desecarlo para poder extraer más cómodamente el preciado metal. ¿El método? Cavar a pico y pala un túnel a través de una pared de granito, de unos 120 metros de largo de los cuales se conservan 52.

¿Qué pasó con el resto? ¿Algún desalmado? ¡No! una enorme crecida en 1934 provocó un derrumbe, el cegado del túnel y la pérdida de un castillo construído sobre él, con lo cual el río recuperó su antiguo curso. No fue hasta 1941 en que el túnel volvió a estar abierto en un intento por recuperar las tierras de cultivo perdidas en años de hambre.

El Sil sobre los viñedos de Doade (Sober, Lugo)

A los más entendidos en el mundo del vino puede que eso de "Ribeira Sacra" le suene de algo. Y eso será así porque hay una denominación de origen con ese nombre. Y tiene mérito, porque no es una zona sencilla para cultivar.

Y es que A Ribeira Sacra es la máxima expresión de la viticultura heróica en España. Sus viñedos plantados en terrazas sobre acantilados que caen al río son una de las imágenes más típicas del cañón (y de Galicia entera). Sólo he visto algo parecido en la Região Demarcada do Vinho do Porto y en el macizo de Anaga, en Tenerife.

Santa María de Xunqueira de Espadanedo

En el mapa os voy a dejar una ruta con bastantes cosas para ver. Es un poco difícil destacar algo, así que he incluído el túnel varios miradores, un par de santuarios y un par de puertos fluviales.

También podéis hacer una visita a Castro Caldelas con su castillo derruído por los Irmandiños en su lucha contra la opresión feudal.  Y ya que estamos, tenéis que probar la Bica, el bizcocho típico de la localidad y muy apreciado en la provincia de Ourense y en Galicia.

Por último, os dejo un pequeño vídeo sobre uno de los miradores, el de Os Torgás, más conocido como el de Os Balcóns de Madrid.



El Mapa

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Albarracín (Teruel, Aragón): Tal vez el pueblo más bonito de España

viernes, 12 de junio de 2020


En toda lista de Pueblos Más Bonitos de España aparece, y nunca en uno de los últimos lugares. Albarracín es, para muchos, el pueblo más bonito de España y con toda la razón.

Albarracín está situado en un lugar muy particular de la península ibérica ya que desde su término municipal los ríos pueden verter en el Mediterráneo o el Atlántico. De hecho, el Tajo nace muy cerca de Albarracín, donde comienza su periplo hasta desembocar en Lisboa, casi mil kilómetros después.


Pero aparte de estas curiosidades geográficas, Albarracín brilla con luz propia gracias a su casco antiguo y a su muralla, en un espectacular estado de conservación y sin dar la impresión de estar recorriendo un parque temático como ocurre en otras zonas. Albarracín te transporta a la Edad Media más que ningún otro lugar que conozca, ya que sus edificios siguen manteniendo ese aspecto irregular y artesanal que en otros lugares se ha perdido, con paredes trazadas con escuadra y cartabón y losas de piedra perfectamente lisas y brillantes. Además, la coloración rojiza del rodeno le da una apariencia estética muy particular que contribuye a aumentar esa sensación.


Lo fácil hubiera sido "modernizar" el aspecto del pueblo, como ha pasado en otros lugares, pero en Albarracín comprendieron que sería un error porque la gracia (y la prosperidad) de la villa dependen de esta identidad.

A mí me tocó visitar Albarracín en un día de lluvia. A pesar de lo que pueda parecer lo agradezco, a pesar de la incomodidad de cargar con el paraguas. La lluvia le daba un aspecto más único si cabe. Ver esa luz filtrada en las estrechísimas calles que van desde la Plaza Mayor hasta la Puerta de la muralla es una de las estampas más bonitas que puedo imaginar.


Albarracín tiene su origen en la tribu celta de los lobetanos y fue habitada también por romanos y visigodos. Pero su época de mayor esplendor llegó durante la Edad Media. A la caída del Califato de Córdoba los gobernadores de la zona, los Banu Razin, a los que la población debe su nombre, consiguieron la independencia. Durante alrededor de un siglo la pequeña Taifa de Albarracín sobrevivió entre reinos cristianos de Castilla, Aragón y Navarra y las poderosas taifas de Toledo, Valencia y Zaragoza. Finalmente un gobernador de Valencia fue el que derrocó al último rey albarracinense.

Curiosamente pasó a manos cristianas por cesión y no por conquista, ya que el último señor islámico, el Rey de  se la entregó al señor de Estella como pago por los servicios prestados en su lucha contra los Almohades. Así que Albarracín tuvo un segundo período de independencia durante la época cristiana, pero bajo posesión de un vasallo del rey de Navarra.

 

Las murallas fueron entonces ampliadas para llegar a lo alto de la ladera en que se asienta el pueblo, alcanzando la torre de vigilancia que ya estaba allí construida. Pero esta mejora defensiva no evitó que la ciudad cayese en manos aragonesas tras su conquista definitiva por parte de Pedro IV de Aragón. Los fueros que tenía entonces Albarracín pervivieron hasta su abolición parcial por Felipe II y su abolición total con los Decretos de Nueva Planta de Felipe V. De hecho, buena parte de la historia de Albarracín es la de la lucha por proteger sus fueros y parte de su decadencia se debe a haber perdido esta lucha: Felipe II creó el obispado de Segorbe para minar al de Albarracín y con el tiempo ese fue uno de los factores de su declive.


Siguió sufriendo la ciudad en la Guerra de la Independencia, ya durante el siglo XIX, cuando fue sometida a sitio y bombardeada por las tropas napoleónicas. Prácticamente toda la industria de la ciudad, basada en molinos, talleres textiles y fundiciones, fue destruída. Quedar en la zona rebelde durante las Guerras Carlistas acentuó la crisis que ya se venía sufriendo desde tiempos de Felipe II.

Albarracín, dentro del proceso de conservación histórica que se inició en el siglo XX, fue elegido Monumento Nacional en 1961 y es actualmente candidata a ser Patrimonio de la Humanidad.

 

El mapa

Ruta Combinada
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Tenerife (II): Masca, el pueblo más bonito de Tenerife

domingo, 5 de abril de 2020

 
 Masca adapta sus calles a las laderas del Macizo de Teno

España tiene muchos lugares mágicos. Hay pueblos hermosos y entornos espectaculares. Y en unas pocas raras ocasiones hay pueblos hermosos en entornos espectaculares, que no dejan indiferente a nadie, como Castellfollit de la Roca o Riglos.

Y en mi último viaje fui a un lugar que por derecho propio pertenece a este selecto club: Masca, en Tenerife.

Carretera de acceso desde Santiago del Teide
 
Masca está en un escarpado barranco que la erosión fue creando en lo que un día fue una cadena de volcanes, el macizo de Teno. Esta zona de Tenerife es muy verde ya que la niebla que procede del mar aporta humedad a la vegetación de la zona, que sin ser tan exhuberante como la de Anaga, en el noreste de la isla, llena de vida y color las laderas y barrancos.

No he encontrado gran cosa acerca de la historia de Masca, pero de lo que he entendido debió ser habitada en tiempos previos a la conquista castellana, en los que perteneció al Menceyato de Daute. A pesar del difícil acceso y de las escasas tierras planas de la zona su fertilidad y la humedad la convertían en tierra codiciada.

Roque Catano

Masca, además de por sus paisajes, es famosa por ser uno de los pueblos donde la arquitectura tradicional isleña se conserva mejor, lo que tiene gracia porque los edificios son relativamente recientes. En algún caso tienen unos pocos años ya que hubo un fuerte incendio en 2007 que arrasó parte del caserío y sus alrededores. Viendo las fotos cualquiera lo diría.

En cualquier caso, las restauraciones de los últimos años han cambiado bastante la fisonomía del caserío y el gobierno canario afirma que se han perdido muchos de sus valores.

Plaza de la Ermita

Lo normal es aparcar en la carretera que va de Buenavista a Santiago del Teide por Masca. Hay unas cuantas plazas de aparcamiento y desde allí mismo hay muy buenas vistas de la población. Recomiendo no dejar nada a la vista en el coche. Los restos de cristales en el párking y los muchos carteles situados en el pueblo alertando de la presencia de carteristas hacen suponer que hay un problema con los robos.

El gran atractivo de Masca, además de su precioso casco urbano, es su barranco. En el momento de mi visita el Barranco de Masca llevaba más de un año cerrado por obras de acondicionamiento. En el momento de escribir esto, sigue cerrado y se supone que abre hacia verano de 2020, pero la fecha se ha modificado varias veces.

 
 Masca está dividido en barrios

El abandono de los caminos que bajaban el barranco lo hizo peligroso y tras un buen número de accidentes, en algún caso con víctimas mortales, el ayuntamiento de Buenavista del Norte decidió cerrarlo al público e iniciar obras que habrían de terminarse en seis meses. Dos años después continuaba cerrado.

Algunos de estos accidentes fueron por una inconsciencia temeraria. Veréis, cuando hay un barranco tan escarpado la lluvia cae por esas laderas y no penetra apenas en la tierra. Al ser el ángulo tan fuerte esa agua cae a toda velocidad, se acumula y llena el barranco enseguida con una gran cantidad de agua. Pues alguno de estos inconscientes se metieron ahí en días en que el barranco estaba cerrado por esta clase de riesgos y tuvieron que ser rescatados.

Masca desde la carretera a Buenavista del Norte

Existe la leyenda de que en la playa al fondo del barranco amarraban barcos piratas para descansar, pero me parece improbable que llegasen hasta allí sin ser vistos y estando relativamente cerca de Garachico, que en aquellos tiempos era el principal puerto de la isla

Masca es Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico.

El Mapa
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Vila Real de Santo António (Algarve, Portugal): La ciudad prefabricada

viernes, 3 de abril de 2020

 
Praça do Marqués de Pombal

Las ciudades planificadas parecen algo moderno, contemporáneo, pero es casi tan viejo como el hombre. Los romanos, a partir de sus campamentos, fundaron numerosas ciudades. Y otras muchas culturas también lo hicieron.

Así que podríamos pensar que Vila Real de Santo António no tiene nada de particular. Y nos equivocaríamos. Lo que hace singular a Vila Real es que fue una ciudad planificada y construida a partir de edificios prefabricados. Teniendo en cuenta que los trabajos empezaron a finales del siglo XVIII hablamos de una obra adelantada a su tiempo.

 
Detalle de la cuadrícula urbana de Vila Real de Santo António

La historia de Vila Real empieza de algún modo con el Gran Terremoto de Lisboa (1755). Os recomiendo que leáis la entrada de la wikipedia sobre este terremoto porque su impacto en la historia fue indeleble. Sirvió para fundar la sismología, impactó en la filosofía e incluso se construyeron algunos edificios resistentes a terremotos durante la reconstrucción.

En el momento de producirse dicho terremoto había una guerra abierta entre la alta nobleza portuguesa y el favorito del Rey, el Marqués de Pombal. Los primeros consideraban al segundo un advenedizo sin nobleza y el Marqués, por su parte, consideraba que los nobles eran corruptos e ineficaces.

 
Edificios al lado del puerto

La competente respuesta del Marqués al terremoto le granjeó una gran popularidad. La reconstrucción en tiempo récord de la capital y la forma en que gestionó el cuidado de los supervivientes le dieron un crédito ilimitado. La inmensa popularidad ganada acabó con el poder de la nobleza y un poco claro intento de magnicidio sobre el Rey poco tiempo más tarde condujo a la exterminación de la familia Távora, una de las más poderosas, y a la consolidación de la posición del Marqués, que se acabaría convirtiendo en una figura central de la historia portuguesa.

Años después, ya siendo hombre fuerte del país de forma indiscutida y tras una breve guerra con España, el Marqués estimó que el Algarve estaba desprotegido ante una eventual invasión desde Sevilla. Tan sólo Castro-Marim al sur y Alcoutim un poco más al norte, enfrente a Sanlúcar de Guadiana, pero demasiado retirado para ser de ayuda, se interponían en el camino de esa hipotética invasión. Además existía la necesidad de controlar el tráfico de mercancías que entraba y salía por el Guadiana, que es navegable por muchos kilómetros.

 
Puerto deportivo de Vila Real de Santo António

Para aumentar las defensas de la frontera decidió que necesitaba aumentar la población local. Para ello se decidió la construcción de una ciudad totalmente nueva siguiendo los mismos principios que se habían aplicado en la Baixa lisboeta.

El lugar elegido fue el que ocupaba una aldea de pescadores que se llamaba Santo António da Arenilha.

Se estableció una malla ortogonal a partir de la plaza principal, que hoy lleva su nombre. En esta plaza fue donde se erigieron los primeros edificios, entre ellos el del ayuntamiento, la iglesia y la Casa de la Guardia.

 
Barcos en el puerto deportivo

Las canterías necesarias para la construcción se elaboraban en Lisboa y se enviaban por barco hasta Vila-Real, donde se utilizaban de forma inmediata. En apenas dos años la ciudad fue levantada en el lugar de una antigua aldea de pescadores que había desaparecido tragada por las arenas y las tempestades. La nueva ciudad se convirtió en un puerto de mercancías y desde un primer momento fue una población próspera.

El comercio marítimo-fluvial y la pesca fueron grandes motores económicos, junto con la explotación agrícola de sus tierras. En las últimas décadas el sector turístico ganó peso debido al extenso arenal que nace en la desembocadura del Guadiana y que es una prolongación de los de la Ría Formosa.

El mapa
Tierras de Frontera

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Tenerife (I): El Teide, cómo subir y bajar del techo de España

lunes, 30 de marzo de 2020


 Roque Cinchado con el Teide al fondo

Una de las actividades más populares cuando uno visita Tenerife es visitar el Teide. El Parque Nacional del Teide es uno de los más visitados del mundo, con más de cuatro millones de visitas anuales.

Subir a la cumbre es una actividad para unos 200 privilegiados diarios que han solicitado permiso para subir. Hay plazas adicionales para quienes suben con guía (a pie) y para aquellos que duermen en el refugio Altavista (hay que solicitar plaza con antelación). Para el resto, suban en el Teleférico del Teide o lo hagan a pie por cuenta propia, su ascensión se termina en La Rambleta, a algo menos de 200 metros de altitud por debajo de la cumbre y a unos 700 metros de esta.

Las Cañadas del Teide

¿Cómo prepararse para la subida?

Hay que tener en cuenta una serie de cosas a la hora de subir. Aunque no sea exactamente alpinismo es una actividad física muy exigente. No es para todos los públicos y mujeres embarazadas, gente con sobrepeso o con problemas cardiovasculares o pulmonares no deberían ni plantearse la aventura. Es importante que hagáis kilómetros en las semanas previas en alguna montañita de vuestro entorno y trabajéis un poco los gemelos ya que van a sufrir, sobre todo en la bajada.

La altitud puede jugar una mala pasada. El sendero empieza a más de 2300 metros de altitud. Eso significa que la cantidad de oxígeno disponible es menor que en nuestros lugares de residencia, y va a ir disminuyendo con cada metro de ascenso. Cada esfuerzo va a ser más fatigoso que en vuestro entorno habitual.

Sendero 39

Yo, por ejemplo, hago casi toda mi vida cerca del nivel del mar y lo noté mucho, hasta el punto que mi primer intento se terminó antes de empezar. Dormir bien la noche anterior y el ibuprofeno tomado con un poco de antelación pueden ayudar a prevenirlo pero si os da mal de altura lo mejor es descansar e iniciar el descenso si véis que no se pasan los síntomas.

Lo primero es equiparse adecuadamente. El terreno no es ni mucho menos regular, y cuando cruzas las coladas tus pies van a sufrir una pequeña tortura incluso si tienes costumbre de caminar. Es importante contar con calzado adecuado y si es posible que proteja el tobillo contra torceduras. También es bueno contar con calcetines cómodos y tal vez algo de vaselina que te proteja contra ampollas.

 
Tajinastes en el aparcamiento de Tabonal Negro

Hay que llevar abrigo. A pesar de que en la base puedan rondarse los 30 grados, al ascender y llegar a las cercanías de la cumbre normalmente va a estar por debajo de los 10, e incluso de los cero. Comprobad en internet la temperatura de la cumbre. No llevéis abrigos pesados (salvo si vais en teleférico) porque cada gramo extra que llevéis va a ser una losa en determinados momentos.

Eso aplica también para todo lo que queráis llevar, como la cámara de fotos. Subí con una réflex y aunque estoy feliz de haberlo hecho posiblemente no repetiría la experiencia.¡Qué coño! No lo haría.

Zona de Montaña Blanca, antes de que se ponga duro el asunto

Hay que llevar comida y bebida. Puede parecer una tontería pero llevé más de lo que pensaba que iba a necesitar y bajé sin nada de ello. En mi caso dos litros de agua y media docena de barritas de cereales. Si os quedáis cortos siempre podéis comprar algo en las máquinas expendedoras del refugio Altavista. Eso sí, a precio de zona turística en Londres. Tampoco es mala idea llevar una botella extra para dejar en el coche y darle un buen trago antes de empezar el paseo. Y otro al volver. Os hará falta.

Esos pedruscos son los Huevos del Teide.

¿Dónde aparcar el coche?

Tal vez parezca una pregunta tonta, pero pensad por un momento en que váis a dejar un coche sin vigilancia en un lugar lejos de todo. Salvo si subís y bajáis el mismo día, que entonces es muy posible que haya gente en todo momento en el aparcamiento, vuestro coche de alquiler (y vuestra fianza) se quedan a merced de cualquier caco que pueda pasar.

Por eso la opción preferida de quienes duermen arriba es aparcar el coche en el teleférico. Ese aparcamiento queda cerrado con barrera y apartado de la carretera y es menos atractivo que otros que están situados al lado mismo de la calzada.

Se acabó la buena vida. Dejamos Montaña Blanca y empieza lo duro

El problema es que a la subida al Teide hay que añadirle como 4 kilómetros más por el sendero 39, que empieza (más o menos) a la altura del edificio del teleférico, al otro lado de la carretera.

Si subís el mismo día podéis probar suerte con el aparcamiento de Montaña Blanca, donde empieza el sendero o, si no hay mucha suerte, en el de Tabonal Negro, que está a 700 metros de Montaña Blanca en dirección al Teleférico. El sendero 39 une estos dos aparcamientos (bueno, más o menos... hay que hacer un pequeño tramo por la carretera).

Estancias de los ingleses. Último refugio natural

Subiendo

Y empezamos el ascenso, siguiendo el sendero 7, que empieza en el aparcamiento de Montaña Blanca. El primer tramo, de algo más de 4,5 kilómetros te lleva por una pista para todoterrenos que transcurre entre piedra pómez y con vistas a la parte norte de la isla. Desde ahí se puede ver el Valle de la Orotava y la ¿población? de Cañadas del Teide (ignoro si hay población permanente o si sólo son establecimientos de hostelería).

El camino está cerca de su final cuando llegas a los Huevos del Teide, que son unas bolas de lava que adelantaron a sus propias coladas y que fueron ganando masa al rodar sobre capas de lava más fría. La gravedad las hizo rodar mucho más abajo del campo de lava del que proceden.

 
Saliendo del Refugio Altavista

Este tramo se puede hacer a buen paso hasta que termina esta pista, pero sin forzar. Ahí es donde empieza lo duro. Si te arrepientes y piensas en dar la vuelta, o si vas sobrado de fuerzas, el mirador de Montaña Blanca está a unos cientos de metros, más o menos a tu misma cota.


Desde el final de este camino hasta el refugio Altavista hay poco más de 2,5 kms pero salvas un desnivel de más de 500 metros. El terreno parece malo al principio, pero empeora notablemente cuando se llega a las coladas de lava negra de las erupciones más recientes. Todo este tramo hay que hacerlo con calma y sin forzar si tu forma no es la adecuada. Cada esfuerzo extra que se haga por aquí se pagará más adelante, así que fuérzate a ser paciente aunque algunos senderistas más acostumbrados a la alta montaña te pasen como aviones. No es una carrera. Lo importante es llegar.

El sendero 7 entre las coladas más recientes 

Cuando llegues a las Estancias de los Ingleses estarás rondando los 3000 metros de altura. Si vas hasta la cumbre ya "sólo" quedan 718 metros de desnivel por salvar. En este punto estás a la mitad de tu ascensión.

Este es un punto interesante. Aquí era donde acampaban aquellos que se aventuraban a subir hasta la cumbre antes de la construcción del refugio (¡y del sendero!), para hacer noche antes de emprender la última etapa. Si a mí me pareció durillo subir, lo de esta gente está en una categoría completamente diferente.


Unos minutos más arriba encontrarás el refugio. Es un buen lugar para descansar y recuperar algunas fuerzas antes de encarar la parte final del ascenso. Desde aquí a La Rambleta hay unos dos kilómetros de camino por coladas de lava tremendamente incómodas. Si tienes billete de bajada en el Teleférico y ves que no vas a llegar a tiempo (ojo que cierra temprano) y andas justo de fuerzas es un buen momento para plantearse abandonar. O si se te va a hacer de noche para la bajada.

Violeta del Teide

No abandoné. Seguí subiendo y odiando cada paso. El caso es que pensaba que el Teleférico cerraba más tarde y para cuando me enteré de que no llegaría a tiempo ya no tenía humor para abandonar. No había pasado ese infierno para nada y seguí subiendo.

En este punto ya te lo tomas con calma: sabes que vas a tener que bajar a pie y lo único que deseas es llegar. Paras, pero no te sientas. Das unos cuantos pasos, sigues, aguantas lo que puedes y vuelves a parar. Y te animas a ti mismo para continuar, porque el camino es duro.

Y todavía quedaba esto por subir

Una de las pequeñas recompensas de la ascensión es la Violeta del Teide. Cuando la ves por primera vez te sorprende que una flor tan bonita esté a esa altitud. Y después te enteras de que está en un grave peligro de extinción y que sólo es visible a finales de la primavera. Tuve la suerte de ir en el momento apropiado.

A estas alturas ya odiaba mi cámara. Tanto es así que entre el Refugio Altavista y La Rambleta casi no tengo fotos. Ese el momento en que subes por voluntad, porque el cuerpo sólo quiere pararse y descansar

 
 Llegando a La Rambleta
Para mucha gente, La Rambleta es el final del trayecto. Para otros, los afortunados que cuentan con permiso o van fuera de horas porque han pasado la noche en el Refugio, quedan todavía unos escalones para ascender a la cumbre. Algo más de medio kilómetro.

Para los que van sin permiso pero aún tienen fuerzas hay otros destinos alternativos, como el Pico Viejo, cuyo acceso todavía está permitido. Un año de estos lo haré.

El mapa... bueno, lamentablemente Google no tiene en su base de datos cómo ir desde el párking del Teleférico hasta el Pico del Teide yendo por el sendero 39, así que os añado la ruta de Wikiloc para llegar.

No recomiendo en absoluto meterse por la carretera. Aunque la gente en general es prudente se trata de una carretera sin arcén de ninguna clase y ninguna escapatoria, con tramos de poca visibilidad. Mala combinación si a eso le sumamos turistas con poca habilidad al volante, conduciendo por un lugar que no conocen, en un coche que no es el suyo y distraídos por el paisaje

El Mapa
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