Languedoc-Roussillon (V): Narbona

domingo, 3 de marzo de 2019

  

Como ya había mencionado en alguna entrada anterior, el sudeste de Francia está plagada de ciudades cuya historia se remonta a tiempos del Imperio Romano o incluso antes. Narbona es quizás una de las ciudades más importantes de este período, e incluso llegó a dar nombre a una de las provincias imperiales, la Narbonense.

Siendo como era una provincia situada en la ruta terrestre entre Roma y uno de sus centros de producción agrícola más importantes, Hispania, y habiendo sido conquistada en una etapa temprana de la expansión romana, atesora un importante patrimonio histórico procedente de esta época.

Pero no sólo eso. Siendo también tierra de frontera durante la Edad Media, y protagonista en la pugna entre los diversos reinos que trataron de controlar esta parte del litoral mediterráneo y los pasos pirenáicos, su posesión ha sido importante para francos y franceses, estando siempre próxima al poder real.


 

Narbona fue fundada por los romanos en el año 118 antes de cristo, con el nombre de Narbo Martius, en la Vía Domitia que unía a Hispania con Roma, como un anexo a la capital de los elísicos, un pueblo celtizado de las proximidades, en el actual Montlaurès. Pero Narbona pronto empezó a destacar y su puerto fue uno de los más importantes del noroeste mediterráneo, sólo superado por el de Roma, Ostia.



Durante la caída del Imperio Narbona pasó a formar parte del reino visigodo de Tolouse y más adelante sería conquistado por los árabes que habían conquistado la península ibérica. Narbona se convirtió entonces en una de las capitales provinciales del emirato Omeya. La presión de los francos y de lo que quedaba de los visigodos consiguió expulsar a los invasores.

A lo largo de la Edad Media Narbona volvió a recuperar su esplendor pasado. De esta época es su magnífica catedral (visita obligada) con su magnífico órgano, el mayor del mundo y su casco antiguo, de gran belleza y que merece la pena recorrer callejeando.



Antes de la Revolución Francesa se construyó el canal de la Robine, una rama lateral del Canal del Mediodía (Canal du Midi), una de las grandes vías fluviales francesas que se construyeron antes del desarrollo del ferrocarril. El canal se construyó reutilizando el antiguo curso del Aude (no conseguí averiguar si el río fue desviado por causas naturales o artificiales) con el que se comunica. Aún hoy en día este canal es navegable y, de hecho, uno de los mejores lugares para aparcar si visitas la ciudad medieval es a orillas del canal, en una zona donde hay algunos barcos fondeados.

 

¿Qué ver en Narbona?

En el mapa os propongo una pequeña ruta para recorrer algunos de los lugares más interesantes de la ciudad. Ninguna visita a Narbona está completa sin visitar su catedral y admirar sus magníficas vidrieras. Su órgano, el más grande del mundo, y su claustro, también merece una visita.

Y desde allí podemos callejear hasta su impresionante ayuntamiento, un edificio de gran porte que preside la plaza en la que se encuentra.

Y por supuesto, no debéis dejar de dar un paseo al lado del Canal de la Robine



El Mapa
Ruta combinada

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