Albufeira da Caniçada
Albufeira de Venda Nova
Casa do Concelho, Chaves
Ponte romana de Chaves
Castelo de Chaves
Castelo de Monterrei
Castelo de Monterrei
Esta ruta es una extensión de las dos anteriores, en las que habíamos recorrido las sierras de A Peneda y Gêres. Con esto se cierra (hasta cierto punto, queda mucho por ver) una ruta mayor que va casi siguiendo la frontera desde Viana do Castelo hasta el final del recorrido de hoy.
Vamos a iniciar el recorrido en Río Caldo, cerca del final de la ruta anterior, y en lugar de tomar la dirección de la frontera española por Vilar da Veiga y Vila do Gêres, seguiremos la carretera que une Chaves con Braga, lo que nos va a llevar por una carretera extremadamente llena de curvas. Tiene el tamaño de una carretera nacional española, pero muchísimas curvas. Tantas que llega a aburrir (de hecho, tiene su influencia en la segunda parte de esta ruta).
Lo bueno de este tramo, casi siempre en ascenso, es que tendremos la oportunidad de ver increíbles vistas sobre los valles y sobre los embalses que se construyeron en esta zona y que representan un porcentaje bastante apreciable de la capacidad de generación eléctrica del país.
Al igual que en el caso de Galicia, esta enorme explotación de sus recursos naturales no se nota después tanto a la hora de las inversiones, siendo el norte portugués una zona no ya deprimida económicamente, si no directamente discriminada a la hora del reparto presupuestario o a la hora de efectuar recortes. En efecto, el norte portugués ha sido el primer lugar donde el gobierno luso ha convertido las autovías en vías de peaje... lo cual para una región que depende mucho del comercio con España significa una reducción de ingresos importante. Luego los portugueses del norte emigran... normal.
Antes decía que lo bueno de esta ruta es que tiene unas vistas estupendas. Lo malo es que casi ninguna de ellas puede ser disfrutada con el coche parado. A la hora de construir las carreteras no se dejó espacio ni para miradores, ni para pequeñas áreas de descanso que un conductor agotado pueda aprovechar. En una carretera como esta un área de descanso salva vidas.
La carretera continúa evolucionando por toda esta zona de montañas, dándonos preciosas vistas sobre la Albufeira da Caniçada, que es la que cruza Río Caldo, la de Salamonde y la de Venda Nova. Por esta zona parece que están construyendo un túnel de varios kilómetros al que no le veo mucho sentido, ya que no parece ahorrar gran cantidad de tiempo o distancia sobre el trazado actual, así que cuando esté construido, yo recomendaría ir por la vieja carretera para poder disfrutar del paisaje. Al fin y al cabo, estamos de ruta.
En los años de sequía los embalses presentan un aspecto bastante feo. Sólo os pongo una foto bastante reveladora, pero tengo otras donde se ve que la mengua de superficie inundada es muy importante.
Otra cosa interesante que hay por aquí es el Ponte da Misarela o Ponte do Diabo. Sólo la vi en carteles y fotos pero tiene muy buena pinta. Me di cuenta de los carteles cuando ya me había pasado unos cuantos kms del sitio y no me apetecía dar la vuelta.
El siguiente embalse es del de la Albufeira do Alto Rabagão, muy cerca de una ruta que ya habíamos hecho, la de Montalegre y Pitões das Júnias. Esta albufeira parece un pequeño mar y hasta parece que tiene alguna explotación piscícola (desde el coche y desde lejos parecían bateas).
Y por fin llegamos a Chaves, nuestra primera parada de la ruta. Se trata de una ciudad con una historia antiquísima, anterior incluso a la llegada de los romanos. Pero fueron ellos los que la situaron en el mapa con el nombre de Aqua Flaviae y aún hoy Chaves posee un interesante legado de tiempos del imperio, como el puente con sus miliarios o las termas. Asimismo, de los tiempos de las guerras con España tenemos el fuerte de São Francisco, convertido hoy en hotel, o el castillo, que hoy es un museo y posee unas vistas estupendas sobre la comarca. Y por supuesto, se puede dar un paseo por su centro histórico, magníficamente conservado o por el parque que han construido a orillas del Támega.
Llegados a este punto, cruzar la frontera e ir al castillo de Monterrei, al lado de Verín no es mala idea, aunque sólo sea para visitar al rival del castillo que acabamos de ver. El castillo de Monterrei queda en lo alto de un pico que le da una vista excepcional sobre la comarca circundante y tiene también una historia amplia y muy interesante, más incluso desde el punto de vista cultural, que militar (a pesar de las muchas batallas aquí libradas). Y es que en este castillo, entre otras cosas, operó la primera imprenta de Galicia.
Vamos a dejar la ruta por aquí para no hacer el artículo demasiado largo. En la siguiente entrega, recorreremos Vidago, las tierras que van hacia Murça, Bragança, el Montesinho y Sanabria, ya en España.
El Mapa
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