Playa Quemada (Yaiza, Lanzarote)
Puerto de Playa Blanca
Vista desde Montaña Roja
Montaña Roja (Yaiza, Lanzarote)
Los Hervideros (Yaiza, Lanzarote)
Los Hervideros (Yaiza, Lanzarote)
Salinas de Janubio (Yaiza, Lanzarote)
Salinas de Janubio (Yaiza, Lanzarote)
El Golfo
Charco de los Clicos
Como habéis podido ver Lanzarote es una isla pequeña pero intensa, con muchas cosas para ver en su escasa extensión. No me extraña nada que la gente esté muy enamorada de esta isla y de sus lugares.
Esta última ruta la voy a dedicar a Yaiza, un municipio del que conocemos la parte norte, donde están La Geria y Timanfaya, pero que aún tiene bastante para ofrecer.
Empezaremos camino en Playa Quemada, un pequeño pueblo de pescadores muy cerca de donde termina la zona más turística de Lanzarote. La gracia de Playa Quemada es doble.
Por un lado se trata de uno de los últimos pueblo de pescadores de Lanzarote. A pesar de estar al lado del puerto deportivo y las urbanizaciones turísticas de Puerto Calero en Playa Quemada no hay hoteles. No sé si hay algún alojamiento de menor categoría. Al menos yo no lo ví.
Lo que sí hay en Playa Quemada son varios bares y restaurantes, pero no tengo ni idea de cómo serán. Podéis echar un ojo en TripAdvisor, si es que están, aunque siendo un pueblo de pescadores yo me arriesgaría.
Por otro lado Playa Quemada es la puerta de una de las partes más vírgenes de Lanzarote, ya que es uno de los pocos accesos a un trozo de costa alejado de cualquier núcleo habitado y a donde no se puede llegar por camino asfaltado alguno. Así que hay gente que no se arriesga con las pistas que cruzan el macizo de Femés, deja el coche en Playa Quemada y va a las playas y caletas de esta zona a pie desde aquí.
Rodeando el Macizo y atajando por Femés llegaremos a la playa de Papagayo y las playas de Rubicón. Para acceder a buena parte de esta zona toca pasar por caja, ya que hay una cabina donde te van a cobrar por el aparcamiento algo así como cinco euros por vehículo. También puedes caminar, pero hasta Papagayo es un paseo. De todas formas, a partir de las seis o siete de la tarde el puesto de cobro cierra y se puede acceder libremente.
La Playa de Papagayo es muy icónica dentro de la isla y la más famosa de todo el sur de Lanzarote. En ella se rodó un clásico como "Hace un millón de años", donde un grupo de esforzados hombres prehistóricos se peleaban con una iguana gigante animada por Ray Harryhausen.
Hoy en día es una playa bastante tranquila y concurrida con vistas al Islote de Lobos y a la vecina isla de Fuerteventura. Un chiringuito al nivel del aparcamiento es la única posibilidad de comprar comida o bebida en esta zona.
No voy a pararme con Playa Blanca y las urbanizaciones adyacentes porque básicamente no me interesa para nada este tipo de lugares. Hay un puerto deportivo, Marina Rubicón, y el puerto de Playa Blanca, donde amarran los pescadores, embarcaciones deportivas y está el muelle que comunica a Lanzarote con el cercano puerto de Corralejo en Fuerteventura.
Pero al lado de Playa blanca, y con chalés y apartamentos construidos hasta sus laderas está el volcán de Montaña Roja. Es una lástima ver como la presión urbanística es capaz de construir hasta en lugares como este.
El volcán es fácil de visitar ya que hay senderos que permiten su ascenso con mucha comodidad y tiene la curiosidad de visitar un cono volcánico por dentro. A pesar de su escasa altitud tiene unas vistas estupendas del sur de la isla de Lanzarote, permitiéndote ver todo el municipio de Yaiza desde su cumbre. Como tantos otros montículos rojos o rojizos de las Islas Canarias se trata de un volcán antiguo y este color es el que adquieren los materiales que expulsó en su día al ser oxidados durante millones de años. En la parte más baja del cono una pequeña mancha verde muestra donde se concentra casi toda el agua las pocas veces que llueve.
Si miráis al oeste podréis ver un hotel abandonado y más al norte la característica mancha de las Salinas de Janubio.
Las Salinas de Janubio hoy en día no son rentables y que se mantienen en funcionamiento gracias a ayudas públicas por su valor histórico, etnográfico y cultural, fueron en su día una de las principales industrias de la isla. Hoy son más bien una especie de museo al aire libre para mostrar a las generaciones actuales cómo se extraía la sal y cómo se ganaba la gente la vida en una isla tan desértica como Lanzarote. Para los curiosos, hay una playa de arena negra entre las salinas y el mar abierto y que debe ser de las menos concurridas de la isla. Buen sitio para ir tranquilos.
Hay varios miradores en torno a las Salinas de Janubio y también se pueden visitar por las mañanas, en el horario de apertura del Almacén de la Sal.
Siguiendo por la carretera que empieza al lado de las Salinas de Janubio entramos ya en el área afectada por las erupciones de Timanfaya. Y aunque la lava se detuvo al llegar al mar dejó algunos lugares curiosos como los Hervideros.
Los Hervideros reciben su nombre por el efecto del agua al chocar contra el acantilado. Por un lado, la espuma de mar le da aspecto de agua hirviendo y por otro el aire, atrapado entre la roca y la ola, se comprime y sale silvando por los bufones que la erosión ha ido excavando en el terreno.
La visita es muy sencilla ya que la zona ha sido acondicionada con caminos y balcones para poder disfrutar del lugar y hay un amplio aparcamiento justo al lado. Se puede visitar en cualquier momento y no hay que pagar ni por aparcar, ni por la entrada.
Siguiendo nuestro camino hay otra playa de arena negra y una pequeña poza litoral, preludio del Charco de los Clicos, que es otra de las atracciones turísticas de la zona.
El Charco de los Clicos se ha formado en un anfiteatro originado por las erupciones de Timanfaya y que se conoce como El Golfo. En ell momento de escribir esto no es visitable: el acceso principal ha sido cortado por riesgo de derrumbe y el acceso desde el pueblo de El Golfo está perfectamente señalizado para prohibir a la gente que se acerque.
Esta ruta termina en el pueblo de El Golfo, otro pueblo marinero pero más volcado hacia el turismo, con multitud de bares y restaurantes para atender a los muchos turistas que se acercan hasta aquí.
Un poco más adelante del pueblo hay otra playa, la del Salto, cuyo acceso debe ser únicamente a pie. Aunque hay una pista de tierra no sé si está permitido recorrerla hasta el final al estar dentro de los límites de Timanfaya. No me acerqué hasta ella, así que si tenéis intención de visitarla es mejor que preguntéis en el pueblo.
El Mapa
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