Pals (Girona, Cataluña)

domingo, 8 de mayo de 2016

Pals (Girona, España)
Pals, Girona


Pals (Girona, España)
Pals, Girona


Pals (Girona, España)
Muralla de Pals, Girona


Pals (Girona, España)
Torre de Les Hores, Girona


Pals (Girona, España)
Pals, Girona


Pals (Girona, España)
Pals, Girona


Cuando se habla de los pueblos medievales de Cataluña normalmente se hace mención de tres de ellos, de gran importancia arquitectónica, con un maravilloso estado de conservación y muy cercanos entre sí. Hablo de Pals, Peratallada y Monells, en el Baix Empordà.

Según vienes de la costa, de Begur o Palafrugell, el primero de ellos sería Pals y os puede servir de inicio de una pequeña ruta que os lleve a visitar los tres.

En la parte de "El Mapa" además de la localización habitual que añado en cada artículo voy a añadir una ruta entre los tres pueblos, con visitas a otros dos de los que no voy a hablar (en parte porque no tengo fotos en condiciones) y que bien merecen un paseo, como Palau-Sator y Ullastret. Tal vez algún día me decida y les haga una pequeña reseña en mi otro blog, Viajes por Iberia. Son 30 kms de ruta, así que no hay excusa para visitar sólo uno de los pueblos.

El centro urbano de Pals, de origen medieval, es un auténtico espectáculo de caliza rojiza y con una riqueza de elementos arquitectónicos y estética tremenda, todo ello culminado por la Torre de las Horas, una guinda románica a un pueblo donde predomina el gótico. Ventanas, arcos, balcones, casonas, fachadas con cubierta vegetal... lo que se dice un pueblo de cuento, rodeada por una muralla con cuatro torres cuadradas que tienen su origen en el siglo IV.

Pals es uno de esos pueblos en los que no hay que recomendar nada. De hecho, es uno de esos sitios donde lo que importa es el conjunto y no algún elemento en particular. Puedes ir a ver la Torre de les Hores, puedes ir a ver la Iglesia de Sant Pere o las murallas, pero nada de eso destaca sobre el conjunto, un auténtico lujo para aquellos a quienes nos gusta callejear por estas pequeñas maravillas que han sabido sobrevivir al paso del tiempo y de las modas.

No es extraño que hoy en día la pricipal industria de Pals sea el turismo, tanto el que es atraído a la cabecera de su término municipal como aquellos que van a la costa, que no he visitado. Insisto en lo espectacular del centro histórico. Las fotos que acompañan este post no le hacen justicia.

Buscando información sobre la costa descubro que aquí el mar ha retrocedido  en esta zona e incluso alguna localidad cercana, como Torroella, que en tiempos de Roma era puerto de mar hoy está varios kilómetros tierra adentro. Me hubiese gustado ver las dunas de la playa de Pals, pero amenazaba tormenta y tenía interés en ver también Peratallada y Monells.

Históricamente hablando parece que Pals ya estaba habitada en tiempos de Roma y su nombre podría derivar de Palas Atenea. El castillo aparece documentado ya en el siglo IX, con el nombre de "Mont-Àspre" y estuvo vinculado a los Condes de Barcelona y otros señores, como el obispo de Girona.

El castillo fue destruido durante una rebelión campesina y la Torre de les Hores es lo único que se conserva de él. Los restos del edificio fueron empleados, tras la rebelión, en reconstruir las murallas y la Iglesia

Como curiosidad final mencionar que en Pals se cultiva arroz. Cuando pasé por esta zona me sorprendió ver campos inundados, sobre todo teniendo en cuenta que venía de recorrer una parte de costa bastante seca.

Por cierto, si os molesta el hecho de que el aparcamiento en las cercanías de la ciudad vieja sea de pago siempre podéis aparcar un poco más lejos, en la parte nueva y dar un paseo. No es mucho más lejos pero os ahorráis unos duros, aunque hay que tener en cuenta que el dinero recaudado por estos parkings redundan en la conservación de este lugar tan espectacular.

Es una forma como cualquier otra de poner en valor y obtener recursos para que esta parte de nuestro patrimonio siga existiendo. Después de ver otros lugares, como Guimerà o el muchísimo más famoso Belchite, por ejemplo, donde la falta de presupuesto impide conservar adecuadamente el legado que tienen, no puedo culparles.


El Mapa
Rutas relacionadas

    Costa de Palafrugell: Llafranc y Tamariu (Girona, Cataluña)

    lunes, 25 de abril de 2016

    Llafranc, Palafrugell (Girona)
    Llafranc, Palafrugell


    Llafranc, Palafrugell (Girona)
    Llafranc desde el Far de S. Sebastià


    Tamariu (Palafrugell, Girona)
    Tamariu, Palafrugell


    Tamariu (Palafrugell, Girona)
    Tamariu, Palafrugell


    Tramadiu (Palafrugell, Girona)
    Tramadiu, Begur


    Uno de los trozos de costa más conocidos y promocionados de España es la Costa Brava, ese tramo de litoral que va desde Blanes a la frontera con Francia y dodne hay un poco de todo, desde auténticos desastres como Lloret de Mar (es difícil calificar de otra cosa a un pueblo donde se han cometido tantos despropósitos en tan poco espacio) hasta tramos absolutamente vírgenes como las costas de Cap Creus, donde la naturaleza ha mantenido alejados a quienes ven pecado dejar un metro sin cemento.

    Y dentro de los lugares donde la gente ha conseguido aprovechar el entorno con gusto podemos encontrar Palafrugell, cuya costa me ha parecido una pequeña joya, con lugares de difícil acceso y que no son demasiado conocidos por la gente que pasa por aqui de forma casual. Dicho de otra forma, si vas a Palafrugell mejor documéntate antes o pasarás de largo sin ver algunas de sus maravillas.


    Aunque hay mucho más para ver (os recomiendo hacer alguna de las rutas de senderismo que recorren la costa), voy a centrarme en un par de lugares del municipio.

    El primero sería Llafranc, un pequeño pueblo de pescadores que ha sabido subierse al tren del turismo sin dejar de ser lo que siempre ha sido, sin perder su esencia. Llafranc destaca por sus casitas integradas en el entorno, entre los pinos, escalando por las paredes rocosas que descienden hasta la playa donde puedes ver las barcas de pescadores varadas en la arena, algo que se ha perdido en demasiados sitios, donde estos oficios tradicionales y que daban sentido a las poblaciones se han arrinconado, como si molestasen. Es famoso el festival de habaneras de Llafranc, que se celebra en agosto

    Desde Llafranc podemos subir hasta el faro de San Sebastià. Ya el camino merece la pena con sus vistas, pero las que hay desde arriba son espectaculares. De nuevo recomendaros que investiguéis un poco: yo estuve en el faro y no sabía nada ni de la torre de vigilancia ni del poblado íbero que hay allí. Me lo perdí. Me enteré mucho tiempo después. Como podéis ver en la foto las vistas son un auténtico lujo, con la comarca del Baix Empordà luciendo en todo su esplendor.

    Un poco más adelante, siguiendo la costa hacia el norte, está Tamariu. Es un pueblo de pescadores más humilde que el de Llafranc y cuya pequeña playa también está ocupada parcialmente por las barcas. Tan humilde es que a principos del siglo XX nadie vivía aquí y sólo había casetas para guardar los aparejos de pesca.

    Hoy en día la principal industria de Tamariu es el turismo y su punto fuerte son las actividades náuticas. Deportes como el paddle surf, el submarinismo o la vela son ofertados por el club náutico local. Una de las rutas de senderismo de las que hablaba antes y que os recomendaba une a Tamariu con Llafranc. Es un buen paseo, pero hay acceso a playas que de otra forma no serían accesibles, así que merece la pena.

    A donde no se puede llegar ni caminando, o al menos no tengo noticia de ello, es a la de Tramadiu, ya en el vecino municipio de Begur. No tengo mucha información sobre esta cala y la poca que pude encontrar está en catalán (y aunque usualmente entiendo el idioma me temo que no he tenido mucha suerte con los pocos artículos que he encontrado

    Otro sitio que no he visto, e investigando para escribir este post parece que me he perdido algo interesante, es Calella de Palafrugell, un poco antes de Llafranc. El hecho de que la carretera desde Cala Castell en Palamós no siga bordeando la costa (cosas del terreno) me hizo saltármela. Al parecer es otro antiguo pueblo de pescadores que también ha sabido adaptarse al turismo y al menos en las fotos que he visto y un pequeño paseo por Google Street View su aspecto desde el mar y la playa es fantástico

    El Mapa
    Rutas relacionadas

    Cala Es Castell (Palamós, Girona)

    domingo, 24 de abril de 2016

    Cala Es Castell (Palamós, Girona)
    Cala Es Castell, Palamós


    Cala Es Castell (Palamós, Girona)
    Cala Es Castell, Palamós


    Cala Es Castell (Palamós, Girona)
    Cala Es Castell desde el poblado


    Sa Foradada (Palamós, Girona)
    Cala Corbatera y Sa Foradada


    Hasta que llegué a Cala Es Castell, en Palamós, la Costa Brava estaba siendo una decepción para mi. Esa costa salvaje y virgen que tenía en mi imaginación era más bien una sucesión de pueblos y calas implacablemente destrozados por un tipo de turismo que no respeta el entorno si no que lo parasita, destruyendo la misma belleza que explota. O explotada con desgana, construyendo miradores donde no hay nada que mirar y evitando construirlos en lugares donde no hay posibilidad de parar y admirar unas vistas extraordinarias.

    Algo así debieron pensar en su día los habitantes de Palamós porque cuando a mediados de los noventa les preguntaron si querían construir un campo de golf con toda su parafernalia asociada en las cercanías de esta playa votaron de una forma clara, con un 70% de los participantes opuestos al proyecto.

    Y eso ha permitido que esta playa llegue hasta hoy en buenas condiciones. Hay que decir que dispone de un aparcamiento amplio y de pago (si bien cuando fui no había nadie para cobrar). El bosque que se interpone entre donde dejas el coche y el arenal te da un poco de tregua los días de mucho calor con una sombra muy agradecida.

    Más allá del aparcamiento hay una sucesión de bosques y de campos explotados por los vecinos y te permiten imaginarte como debió ser el resto de la costa antes de la explosión del turismo. No es de extrañar que en algunos sitios de los que he consultado aparezca como la mejor playa de la Costa Brava. No sé si será el caso, pero desde luego merece la pena la visita.

    El arenal es bastante abierto, un poco empinado según se mete en el mar y el agua está fría para tratarse del Mediterráneo, al menos a finales de junio, con algunas pequeñas construcciones (creo recordar que una servía de bar, pero no le presté mucha atención) a pie de playa, estando una de ellas tan a pie de playa que las olas mojan las paredes. En el extremo opuesto otra debió ser originalmente una instalación de pescadores, tal vez una antigua factoría de salazón, porque tenía una rampa bastante amplia hasta el mar. Alguna casa discretamente ubicada un poco más arriba en la colina y parcialmente oculta entre los pinos es toda la concesión que queda a la actividad humana.

    Según sigues hacia la costa norte entras en un bosquecito de pinos entre los que discurre un sendero, remontando por el acantilado, desde donde hay las mejores vistas de la playa.

    Y un poco más adelante hay los restos de un antiguo poblado íbero (no me salió bien ninguna foto de allí, una lástima) en el cabo que cierra el arco de la playa.

    Y justo aquí hay otro de los puntos interesantes de este lugar: la cala de Sa Corbatera o Cala Cobertera, con la roca conocida como Sa Foradada, justo a los pies del poblado. Es un lugar muy apreciado por los canoistas que van por esta zona para darse un paseo y acceder a una calita donde no hay otra opción que acceder desde el mar.

    El Mapa
    Rutas relacionadas

      Guimerà, Lleida (Cataluña)

      sábado, 27 de febrero de 2016

      Guimerà (Lleida, Cataluña)
      Castillo de Guimerà


      Guimerà (Lleida, Cataluña)
      Castillo de Guimerà


      Guimerà (Lleida, Cataluña)
      Iglesia de Santa María de Guimerà


      Guimerà (Lleida, Cataluña)
      Bajada desde la iglesia


      Guimerà (Lleida, Cataluña)
      Guimerà


      Monasterio de Santa María de la Vallsanta (Guimerà, Lleida)
      Santa María de la Vallsanta


      Otra de las muchas villas medievales de Cataluña es Guimerà, en la comarca de Urgell, en el sur de la provincia de Lleida.

      Tal vez a alguno de vosotros le suene un poco raro ver un "Urgell" al sur de Lleida, teniendo en cuenta que la Seo d'Urgell está pegada a Andorra, bastantes kilómetros al norte.

      La razón es sencilla, hay tres comarcas de Lleida con este nombre y la razón es porque su territorio formaba parte (bueno, más o menos) del antiguo Condado de Urgell, uno de los más importantes de entre los condados catalanes de la Corona de Aragón. De hecho, su extinción como entidad política independiente está relacionada con el intento del último de sus condes, Jaume II, de ser entronizado. Tenía ciertos derechos dinásticos al estar emparentado desde la cuna con Martín I de Aragón, de quien era además cuñado y que había intentado convertirle en su heredero.

      El caso es que ni valencianos, ni aragoneses tenían demasiado interés en verle como rey y cuando atacó Zaragoza para hacerse valer Martín I no tuvo más remedio que dar marcha atrás. El Compromiso de Caspe dio al traste con sus aspiraciones al morir Martín sin heredero designado y tras la revuelta posterior su condado y su libertad dejaron de existir. Murió veinte años después en el castillo de Xàtiva, donde estaba prisionero.

      Volviendo a Guimerà, su castillo fue uno de los muchos de esta zona. Hay que tener en cuenta que la orografía y la atomización política de los Condados Catalanes, hacían poco práctica la construcción de un gran complejo militar como sí se hacía en otras partes de la península.

      Guimerà se construyó en una ladera, con las torres del castillo presidiendo la parte alta de la villa y el resto de la ciudad, en su mayor parte conservada hasta nuestros días, protegida por unas murallas.

      Al igual que muchas fortificaciones de esta zona sufrió durante las Guerras Carlistas. Es a partir de este momento donde empieza la ruina de su castillo, hasta su desplome parcial. Hoy en día sólo quedan algunos restos de lo que fue, con unas vistas magníficas del valle del río Corb.

      Guimerà se disfruta paseando por sus calles, viendo sus arcos, los pasos elevados que comunican edificios enfrentados en la misma calle y que tienen el mismo propietario, los portales que aún se conservan de lo que fueron sus murallas. Es un sitio muy tranquilo para visitar, con poco movimiento por las calles. A diferencia de las restauraciones que se hicieron en otros sitios más próximos a los grandes centros de población de Cataluña, como Montblanc, la restauración aquí no llega a tener el pueblo en un perfecto estado de revista, lo que hace que te dé una mayor sensación de "medievalidad".

      En la página web del ayuntamiento se propone un recorrido por sus calles para que los visitantes no se pierdan todas sus maravillas. Hay una versión en castellano de la misma que ojalá hubiese visto antes de la visita: hubiese aprovechado un poco mejor el paseo.

      Y fuera de sus calles y si venís de la carretera que une Tarragona con la Seu d'Urgell podéis hacer una breve parada en el Monasterio de Santa María de la Vallsanta, que está justo al lado de la carretera. Id atentos para que no la paséis de largo, porque no hay mucho sitio para aparcar.

      El Mapa
      Rutas relacionadas

      Montblanc, Tarragona (Cataluña)

      domingo, 14 de febrero de 2016

      Montblanc (Tarragona, Cataluña)
      Plaça Major de Montblanc


      Montblanc (Tarragona, Cataluña)
      Montblanc, Tarragona


      Montblanc (Tarragona, Cataluña)
      Montblanc, Tarragona


      Montblanc (Tarragona, Cataluña)
      Montblanc, Tarragona


      Montblanc (Tarragona, Cataluña)
      Montblanc, Tarragona


      Montblanc (Tarragona, Cataluña)
      Montblanc, Tarragona


      La villa ducal de Montblanc se encuentra en la comarca de la Conca de Barberà, de la que es capital. Se trata de una villa con mucha historia, que hunde sus raíces hasta la prehistoria, teniendo dentro de su término municipal un buen número de cuevas donde se conservan pinturas rupestres de diferentes épocas. Tal es la importancia que tienen que pesó fuertemente a la hora de ser elegida la localidad como "Patrimonio de la Humanidad". En el Pla de Santa Bárbara también se conservan restos de lo que fue un poblado íbero y se han encontrado rastros romanos.

      Durante la reconquista y tras haber sido conquistada por los condados cristianos el conde Ramon Berenguer IV les concedió una exención de impuestos a la primitiva población de Duesaigües, a la que renombraron como Villasalva (salvada de pagar impuestos). Años después la población sería trasladada a su ubicación actual.

      La nueva población pronto tuvo castillo e iglesia, y con el tiempo recibió nuevos favores como un ayuntamiento y una veguería, una forma de organización territorial propia de Cataluña, además de las Escribanías Reales y el Estudio Mayor, lo que contribuyó a aumentar la importancia de la villa, que incluso llegó a albergar cortes en cinco ocasiones.

      De esta época es también la muralla, que está en un magnífico estado de conservación y encierra un casco antiguo que merece mucho la pena. Por sus calles podemos visitar iglesias, conventos, hospitales, palacios, casonas, las plazas, la judería...

      Y más o menos por esta época empezó Montblanc a perder el paso: malas cosechas, epidemias y guerras acabaron con su prosperidad, quedando buena parte de las casas, puentes y las murallas bastante degradados. La Guerra de los Segadores se cebó con el pueblo y durante la retirada de las tropas castellanas de Palavicino fue saqueada y se destruyó el archivo. Iglesias, casas y murallas sufrieron importantísimos daños. A esto se le conoce como La Gran Quemada.

      Pero las desgracias no terminaron ahí: la Guerra de Sucesión significó el final de los privilegios que tenía y durante la Guerra de la Independencia y las Guerras Carlistas también sufrió mucho. Incluso la mejora de las condiciones de vida y la remontada de mediados del siglo XIX fueron cortados por una plaga de filoxera que acabó con sus viñedos. Sólo un siglo después, a mediados del XX, la población remontó definitivamente.

      Hoy en día, como dije, el estado de conservación es francamente bueno y no entiendo cómo puede ser que no sea más conocida. No está mal comunicada, tiene uno de los conjuntos amurallados más interesantes de la Comunidad y todo el patrimonio histórico y arquitectónico que posee son de primer nivel. Para verla con calma y pasar el día en ella.

      En lugar de recomendaros visitar tal o cual cosa es mejor recomendaros entrar en la oficina de turismo, coger un folleto y luego caminar libremente por la villa dejando que os sorprenda. Es algo que me hubiera gustado hacer, pero empezó a caer el gran aguacero y decidí que era mejor continuar mi camino. Tenía pocos días y muchos sitios todavía por descubrir.

      El Mapa
      Rutas relacionadas