Desde Vilagarcía a la Illa de Arousa en Bici

miércoles, 17 de junio de 2009

Arousa
Punta Carreirón


Parque Carreirón
Punta Carreirón


Esqueletos (79 mil visitas)
Punta Carreirón


Parque Punta Carreirón (Illa de Arousa)
Punta Carreirón


Arousa
Punta Carreirón


Arousa Porto do Campo
Porto do Campo


Posta de Sol no Faro da Illa de Arousa
Faro da Illa de Arousa
Nuestra excursión va a comenzar en la estación de RENFE. Una de las mejores maneras de llevar la bici hasta Arousa es en tren: no te cobran recargo y te permite moverte con libertad una vez has llegado a tu destino. Además, la ruta va a transcurrir por una zona sin grandes pendientes, con lo cual la bici es ideal.

Desde la estación comenzaremos dirigiéndonos al puerto, el cual bordeamos por un carril bici (hay un camino más corto, pero cuando en bici lo primero es evitar los coches). Este camino no tiene mucha pérdida, ya que el carril bici se dirige a Vilaxoán, y si seguimos siempre por la costa, sin desviarnos del camino asfaltado, acabamos volviendo a la carretera principal.

Ahora viene el punto más complicado: el tramo que va desde que cogemos la PO-549, que tiene bastante tráfico (sobre todo en verano, ya que es zona de playas), y nos obligará a estar bastante atentos, aunque el arcén es bastante amplio... hasta la rotonda. En la rotonda mucho ojito, ya que es bastante peligrosa. Lo bueno es que mucha gente cogerá la vía rápida aquí y eso libera parte del tráfico.

Nos quedará subir un repechito, y luego seguir hasta que veamos a la derecha una recta enorme que lleva a la Praia da Igrexa y a Vilanova por la costa (PO-9702). Desde el inicio de la recta veremos que 500 metros más adelante la recta va por la orilla del mar, así que hasta allí nos iremos sin preocuparnos por nada más, hasta que pasemos el espigón... momento en el cual tenemos que estar atentos: el tercer camino a la izquierda (o el primero antes del pino grande de la derecha) es nuestro siguiente punto de referencia. En el mapa no se ve muy bien la pista que vamos a tomar, pero la aproximación es bastante buena.

Inciso: si seguimos recto el camino se nos hace bastante más largo, pero a cambio tenemos unas playas preciosas para ver. Si os veis con piernas y tiempo, lo recomiendo.

Una vez tomemos esta pista agrícola (pero asfaltada), deberemos seguir a la izquierda en las dos bifurcaciones que nos encontraremos, y disfrutaremos de un agradable paseo entre las huertas, sin preocuparnos por el tráfico y con toda la calma.

Esta pista finaliza en una carretera. Mi recomendación es torcer a la derecha, hacia Vilanova, villa natal de Ramón María del Valle-Inclán, a cuyo recuerdo hay dedicado un museo que puede ser muy interesante de visitar.

Una vez en Vilaboa debemos seguir por una calle que baja recta a nuestra izquierda (mejor ver un mapa), y al llegar a su final, a la izquierda nuevamente, para coger una vía de mayor entidad (PO-306), donde cogeremos a la derecha, hacia un puente que veremos.

Este es un punto interesante, ya que hay una pequeña ensenada que los mariscadores han cultivado y nos ofrece una vista estupenda, a la izquierda (aunque fui lo suficientemente burro como para no sacar una foto), y una bonita vista de Vilanova a la derecha.

Seguimos la carretera hasta su final, donde en una nueva rotonda deberemos coger a la derecha, hacia el puente de la Illa (2 kms de puente). Si vais en marea baja es todo un espectáculo, ya que veréis el fondo a través de un agua casi transparente. Mi recomendación y dado el nivel de locura de algunos conductores es desmontar e ir por el carril de peatones.

Este puente es muy importante para la Illa de Arousa, ya que antes de su construcción ésta se encontraba completamente aislada y el único acceso era en barco. Fue abierto en 1985, diez años antes de independizarse del concello de Vilanova de Arousa. Eso convierte a A Illa en el municipio más joven de Galicia y en el único insular.

Una vez llegados al final del puente cruzaremos la carretera y nos iremos bordeando la costa hacia el sur, hacia el Parque Carreirón, un curiosísimo lugar que en unos pocos centenares de metros tiene playas con pequeñas dunas, bosque de pinos, zona de monte bajo y una marisma. También hay un mirador ornitológico.

Es por ello que la zona está protegida, lo que significa que no nos podemos salir de los senderos existentes para no alterar la flora y la fauna. A la entrada del parque hay una caseta donde nos podremos informar de todo.
En el Parque hay muchas playitas y en algunas del sur se practica el nudismo. Recomiendo encarecidamente probarlo: no hay muchas playas nudistas y que la gente con bañador ocupe las que hay me parece una falta de respeto intolerable... porque si a mi se me ocurriera hacer nudismo en una normal llamarían a la Guardia Civil. El mar en esta zona es como un espejo (así que los amantes de las olas se sentirán bastante decepcionados), e invita a nadar hacia los numerosos rochedos que aparecen frente a las playas. Es un lugar bastante tranquilo, y el hecho de que al ser zona protegida esté prohibido el acceso en coche o moto ahuyenta a muchos domingueros (no a todos, por desgracia), lo que nos da una tranquilidad y una quietud increíbles: no es extraño estar completamente sólo en cualquiera de sus playas. Tras la visita al parque podemos coger la carretera que empieza en la entrada del parque para dirigirnos a la Illa y explorar sus pueblecitos, antes de emprender el regreso. En este sentido, el núcleo urbano, con sus dos puertos pesqueros, a ambos lados del itsmo.

También podemos visitar el entorno del faro, que nos da muy buenas vistas a la desembocadura de la ría y a la orilla norte de la misma. Tanto el faro como las playas que rodean la península norte merecen la pena.

Una recomendación gastronómica: el marisco de la Illa es de lo mejorcito de Galicia (y por extensión, del mundo). Los fines de semana de agosto se celebra la llamada "Festa Gastronómica do Mar", a beneficio de uno de los equipos de fútbol locales (creo que el Céltiga). En ella se puede consumir gran variedad de productos marinos como sardinas asadas, berberechos, almejas, mejillones, navajas, camarones, cigalas, etc, cocinados por voluntarios (en muchos casos, los mismos que extrajeron el alimento del mar). Todo buenísimo y a un precio muy interesante.

Una última cosa a tener en cuenta son las puestas de sol de Arousa. Para mí esta ría tiene las mejores puestas de sol de Galicia y nunca me canso de verlas. Si no tenemos que esperar mucho, es altamente recomendable esperar.

El Mapa

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