Terra de Soneira y Bergantiños

miércoles, 24 de junio de 2009

Dos clases de belleza
Costa de Malpica

Praia de San Miro, Malpica (A Coruña)
Praia de San Miro

Porto de Malpica (A Coruña)
Porto de Malpica

Viaxes Illas Sisargas
Illas Sisargas

Cruz de Corme
Cruz en Corme

Mar de Laxe
Laxe

El paraíso (no está tan lejos)
Ariño, Camariñas

Cabo Vilán
Cabo Vilán

Areal de Trece no Solpor (Camariñas, A Coruña)
Areal de Trece

Man on the Moon (Camelle, A Coruña)
Museo de Man, Camelle

Castelo de Vimianzo
Castelo de Vimianzo

Hoy cogemos el coche y partimos de A Coruña en dirección a Carballo por la autopista AG-55 y vamos a visitar las maravillosas comarcas de Terra de Soneira y Bergantiños.

¿Que por qué una autopista cuando nunca las recomiendo? Simplemente porque la carretera alternativa es un hatajo (que no atajo) de curvas con demasiado tráfico y demasiado lenta para mi gusto y que responde al nombre de carretera AC-552. El firme al menos es bueno... según el tramo.

Una vez lleguemos a Carballo, casi al final de la autopista, tomaremos la salida para Malpica y llegaremos hasta Buño, dónde podremos admirar su famosa olería
(alfarería). La carretera que nos lleva hasta aquí es nuevecita y tiene una rotonda en las afueras de esta población. Si vamos por la izquierda vamos a Buño y si vamos a la derecha, vamos hacia Cambre, que es a donde podemos dirigirnos ahora.

Una vez allí seguiremos por una pista que ya está sin pintar y que prolonga a la anterior.
Cuando pasemos las últimas casas veremos que la carretera se bifurca en un ramal que sube a un campo de tiro y otro que se mete en el monte y que es el que tendremos que coger y seguir hasta que (literalmente) se termine el asfalto. El último tramo tiene bastantes curvas con pinocha en las cunetas, así que deberemos tener cuidado con el coche o podemos tener un accidente bastante tonto.

En cuanto se acaben los pinos tendremos una espectacular vista de nuestra primera parada: las playas de As Torradas y Aviño, ambas en el concello de Malpica de Bergantiños. A mí me recordó un poco a ciertas playas asturianas, que tienen forma de grieta rellena de arena y un regato que las cruza. Además está rodeada de un área de pinos radiata (no demasiado cuidados, esa es la verdad) y de otra de monte bajo. También dispone de aparcamiento y merendero (con asaderos) y casi ninguna construcción humana a la vista, lo cual es muy de agradecer. Es un arenal ciertamente precioso, como podeis apreciar en alguna de las fotos que acompañan al post.

Al subir, podemos tomar un camino de tierra a la derecha que nos llevará por el medio del pinar, y con acceso a miradores realmente espectaculares y que desemboca en una carretera asfaltada. Si seguimos hacia la derecha podemos visitar la playa de San Miro, donde termina el asfalto y luego volver sobre nuestros pasos y esta misma carretera nos lleva de vuelta a Cambre y a la rotonda de Buño.

Nuestra siguiente parada es Malpica, bello pueblo marinero donde podemos callejear un poco antes de dirigirnos a Ponteceso, aunque podemos hacer una pequeña parada para visitar la playa de Seiruga, donde desemboca un pequeño riachuelo. Se accede a ella por la carretera de Barizo.

Justo al salir y antes de cruzar el puente a Cabana está el desvío a Corme. Antes de llegar a esta villa marinera podemos parar en el mirador del Monte Branco y bajar a la playa de Balarés... y una vez en Corme, hay que visitar el Roncudo, la roca de donde se extraen los mejores percebes del mundo.

Volviendo a Ponteceso, seguiremos hasta Laxe, cuya bahía es espectacular, aunque si nos gustan los castros podemos desviarnos un momento por la carretera que va de Cabana a Baio para ver el castro "A Cibdá de Borneiro".

Una vez visitado Laxe cogeremos una pista pequeña y no en demasiado buen estado que tiene la denominaciuón de AC-433 y que termina en Carantoña. Por esta carretera se habrá pasado la parroquia de Traba, de donde salió una de las familias fidalgas de mayor influencia en esta parte de Galicia (o eso dicen sus descendientes): Los Altamira. Lo cierto es que vista desde la carretera Traba parece un lugar muy hermoso y con unas vegas fértiles. Su situación es privilegiada, aunque parece expuesta a los vientos del norte, y su costa y playa son realmente preciosas.

Al llegar al final de la AC-433 debemos seguir hacia la derecha, en dirección a Ponte do Porto (si estamos algo escasos de combustible, aquí está la última gasolinera en muchos kilómetros). Pasado Ponte do Porto vamos a ir algo más lentos, porque por aquí hay una parada y algunas cosas que ver. Si nos fijamos a la izquierda veremos como un brazo de mar, una pequeña ría, se introduce en tierra, y a lo lejos, mirando un poco hacia atrás, veremos un pazo que se erigió sobre un acantilado y que debe tener una vista impresionante de toda la zona.

Un poquito más adelante veremos un desvío a la izquierda que está señalado como "Merendero/Praias" o algo así, mientras que a la derecha hay un bar y una señalización para el cementerio de Santa Mariña. Despacito porque es fácil saltárselo.

Una vez en esta pista deberemos seguir atentos a las señales del suelo, pues nos van a mandar por una pista de tierra que deberemos seguir hasta una bifurcación. En esta bifurcación deberemos tomar el ramal izquierdo y al finalizar el mismo, retomar la pista hacia la derecha, hasta llegar al merendero y a una playa que creo que se llama Ariño y que es una preciosidad. Las fotos que saqué no le hacen en absoluto justicia, ya que es posiblemente uno de los lugares más encantadores que he visto y si tengo que pasar por allí, me detendré de nuevo.

A la hora de salir de esta playa lo mejor es que demos marcha atrás y desandemos el camino, ya que la pista continúa varios kms hasta unas casas, y la reincorporación a la carretera de Ponte do Porto a Camariñas tiene un poco de riesgo.

Camariñas es uno de los pueblos marineros más famosos de España, pero no por su labor pesquera, sino por su producto más celebrado: el encaixe de bolillos. Podemos verlos y comprarlos en varias tiendas en la zona del puerto.

Pasando el puerto y a la derecha tenemos el camino que nos lleva a Cabo Vilano, dónde se ha establecido un parque de aerogeneradores que han cambiado un tanto el paisaje, pero que explotan el perenne viento que sopla en esta zona. Seguiremos adelante y aparcaremos frente a la casa del faro (el edificio blanco de las fotos).

Ahora aviso: mucho cuidado con el viento. En Cabo Vilano normalmente sopla fuerte, muy fuerte. Así que si tenemos pensado salir del coche con pañuelos, bufandas, gorras, gafas de sol (las mías volaron dos veces) y cosas similiares, lo más seguro es que se los lleve (nunca mejor dicho) el viento.

El lado derecho del edificio blanco es lo más parecido que conozco a un túnel de viento, y en algunos días uno se puede dejar caer hasta un ángulo de 45º y notar como la corriente te impide caerte. También mucho ojito en los acantilados de la izquierda, ya que un golpe de viento inesperado puede tirarte al suelo... o al mar.

Las vistas del entorno y el mismo faro son espectaculares, y eso es lo que nos lleva al siguiente tramo de nuestro viaje, ya que una vez que salgamos del faro veremos como nada más entrar en el parque eólico hay una pista de tierra a la izquierda que deberemos tomar. Aquí mucha precaución y nada de acelerones: entre el viento y la grava si tratamos de emular a Carlos Sáinz podemos tener un buen disgusto.

Pero, esto nos lleva a poder contemplar una porción de costa realmente increíble, comenzando por la playa de Reira (en su margen oriental algún desalmado ha comenzado la construcción de una miniurbanización que es francamente horrible y está fuera de sitio), y continuando hasta el cementerio de los ingleses (en su aparcamiento deberemos dejar el coche), dónde reposan los restos de los marineros del HMS Serpent, que naufragó en estas aguas en 1890 y el increíble arenal de Trece, que cuenta con la mayor "duna rampante" de Galicia, y que viene siendo una duna que está "escalando" un acantilado y un conjunto dunar absolutamente espectacular. Un auténtico lujo. La playa está rodeada por una zona de pinar y no se ve ninguna construcción humana... salvo el cementerio de los ingleses y una cabaña de descanso para los que siguen la ruta a pie, allá a lo lejos.

Tras volver al coche seguiremos la pista hasta el final, volviendo a asfalto en las cercanías del cementerio de Santa Mariña y luego llegaremos a la carretera que une Camelle, donde se puede visitar el museo de Man y Ponte do Porto (AC-1601). Seguimos hacia la derecha y al llegar a Ponte do Porto torcemos a la izquierda, para ir hasta Vimianzo, cuyo castillo visitaremos. Buenas vistas de la zona, pero el edificio del castillo en sí y las exposiciones de la planta baja son lo más interesante.

Ya sólo nos queda una última etapa en nuestro camino, las Torres do Allo, en Zas (iremos hacia allí por la AC-552, en dirección Coruña), y al que se va por una pequeña carretera que está a la izquierda una vez pasado Baio Grande. El camino está flanqueado por árboles, lo que le da una belleza inusual, y las Torres es un pazo singular, y aque no sólo es uno de los primeros en ser construidos, sino que además su arquitectura es bastante peculiar.

La familia que las erigió, los Riobóo, eran vasallos de los Altamira y finalmente acabarían uniendo sus familias al casarse el heredero de la familia con la heredera de sus señores. Dentro de sus muros puede verse una exposición acerca de la vida en los pazos y de la fidalguía gallega.

Sobre el mapa sólo puedo decir que es una aproximación bastante mala porque muchos de los accesos (carreteras o caminos de tierra) no aparecen en Google Maps y no se pueden calcular las rutas. Así que hoy toca hacer algo más de navegación.

Soy consciente de que nos quedan atrás muchas cosas, como Verdes o Punta Nariga, pero para un día, creo que está bastante bien.

El Mapa
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