Para iniciar nuestro viaje iremos desde Pontedeume hacia A Coruña por la N-651 o desde Betanzos o la capital coruñesa por la misma carretera, llegando a Pontedeume hasta encontrarnos con el cruce de la AC-151. La carretera en los primeros kilómetros está en un estado magnífico ya que ha sido recientemente reformada, aunque más adelante tiene muchas curvas.
Un poco más adelante vamos a realizar nuestra primera parada: el Castelo de Andrade, una fortificación construida por esta famosa familia que tuvo bastantes líos (legales) por su construcción. Al parecer el prior de Sobrado no estaba muy de acuerdo...
Se encuentra en un mediano estado de conservación y sobre la roca (llamada Leboreiro) en la que se asienta ofrece un magnífico aspecto, como se puede apreciar en la primera foto.
Para llegar nos desviaremos por la AC-5005 y un poco más adelante, junto a una casona señorial en un gran estado de conservación hay un pequeño desvío señalizado que indica la dirección del castillo. No os perdáis la vista de Pontedeume y la desembocadura del Eume.
Volviendo a la carretera retomaremos la AC-5005 donde la dejamos, para seguir por esa dirección hasta enlazar con la AC-144 (al llegar torcer a la derecha), o bien volver sobre nuestros pasos para seguir por la AC-151, que es más ancha y tiene el firme nuevo, pero como ya dije, está llena de curvas.
Ambas carreteras se unirán más adelante, y cuando pasemos Candedo, justo donde hay un desvío hacia Castro y Carballo encontraremos una carretera a mano izquierda que nos llevará a nuestra siguiente parada: el impresionante Mosteiro de Monfero (en gallego... quién no lo entienda puede usar este traductor online)
Monfero es uno de los monasterios más importantes de Galicia, y como tantos otros fue enajenado durante la Desamortización de Mendizábal que tantísimo daño hizo al patrimonio artístico español. Los objetivos que perseguía no eran malos, pero se hizo de forma terriblemente chapucera y muchos de estos lugares acabaron malvendidos y en manos de quién no los sabía o no los podía mantener con funestas consecuencias. Y estos ni siquiera eran los beneficiarios originarios del plan, sino burgueses de las ciudades con más afán de coleccionismo que de poner en valor las propiedades que adquirían. El snobismo en estado puro.
Actualmente el lugar se encuentra en ruinas, aunque una parte de él ha sido recuperado y restaurado. Como tantísimas otras propiedades de la Desamortización ahora pertenece a la Diputación de turno que ha gastado una cantidad de dinero ingente en mantener el complejo en pie, con lo cual el círculo de despropósitos de hace casi dos siglos se culmina (pero, al menos, esta vez había que hacerlo para evitar que se pierda toda esta riqueza).
Dejamos ahora Monfero y nos vamos a otro lugar abandonado pero de índole muy distinta: la Central Hidroeléctrica del Eume.
Si salimos del mosteiro en dirección norte veremos una casa derruida y un camino con señales a su derecha. Cogeremos el ramal de la derecha en dirección Cabana y seguiremos por esta carretera pasando pueblos como Hermida hasta que comencemos a bajar el cañón del Eume. En las primeras estribaciones tendremos una alucinante vista de la garganta del río, una impresionante mole rocosa a través de la cual el agua se fue haciendo camino.
Seguimos bajando por una carretera con curvas cerradísimas (precaución, casi no hay sitio donde meterse si viene un coche de frente) hasta llegar a un puente sobre el río. Podemos aparcar aquí y ver los restos de la vieja central, cuyos edificios tienen las puertas tapiadas. Podemos coger un sendero que sube desde el lado este y norte del puente para ver las instalaciones desde arriba y los restos de los tubos de conducción del agua para la central. Arqueología industrial, pero también parte de nuestra historia.
Si seguimos por la carretera unos dos o tres kilómetros más adelante hay un pequeño aparcamiento donde podemos detenernos, a mano derecha y cruzando la carretera vemos el comienzo del sendero hacia el mosteiro de Caaveiro, otra de las víctimas de la desamortización y que ya habíamos visto cuando hicimos la ruta de las Fragas.
La carretera desemboca en la AC-564. Si torcemos a mano derecha podemos acercarnos hasta As Pontes y ver el gigantesco hoyo de la mina de lignito de la central térmica más odiada de Londres (hasta allí llegan sus residuos), y que se está rellenando con agua para construir el lago más grande de Galicia.
Pero nosotros torceremos a la izquierda para ir hacia Redes, a través de la carretera que nos lleva por Feal, Relousada y Laxe. Si andamos mal de combustible podemos coger un poquito antes una carretera recién abierta que nos acercará al polígono industrial de Vilar do Colo (su gasolinera es de las más económicas de la provincia)
Y terminamos viaje en Redes, en el concello de Ares. Redes es algo así como el Combarro coruñés. Un pueblo de pescadores que ha sabido resistir al boom de la construcción para mantener su arquitectura original y todo el ambiente de lo que era un pueblo de pescadores típico. Merece mucho la pena tomarse algo en sus tabernas y callejear entre sus casas.
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